Hubo una española que tuvo más protagonismo del que hubiese querido el fin de semana pasado en Monza. Se trata de Silvia Bellot, una de las cuatro personas que formaban el equipo de comisarios para el Gran Premio de Italia de Fórmula 1. Junto a ella, Garry Connelly, Paolo Longoni y el ex piloto Derek Warwick tuvieron un fin de semana movido.
El principal foco de la polémica fue el accidente que provocó Sebastian Vettel cuando perseguía a los dos Mercedes. El alemán perdió el control de su Ferrari en la chicane Ascari ante la decepción de los tifosi, pero el mayor problema fue que se reincorporó sin mirar lo que venía por detrás y terminó destrozando la carrera de Lance Stroll.
La maniobra entre Leclerc y Hamilton también tuvo polémica
Solo una semana después del terrible fallecimiento de Anthoine Hubert en Spa, Vettel realizó una acción que pudo tener consecuencias similares. Cruzó su coche a bajísima velocidad en mitad de una curva rápida y tuvo suerte de que Stroll levantó a tiempo de poder esquivarle, evitando un choque que hubiese sido letal.
La más increíble de la acción fue que el propio Stroll, una vez trompeado, hizo exactamente lo mismo que Vettel en una zona aún más peligrosa, aunque este tuvo la fortuna de no chocar con nadie. Parecía cantado que ambos pilotos se llevarían una penalización muy fuerte, pero al final la cosa fue bastante menos severa.
A Vettel le cayó un Stop and Go de diez segundos mientras que Stroll se fue con un simple Drive Through, es decir, pasar por boxes sin parar. "La diferencia fue que Vettel primero regresó de una manera insegura a la pista, y luego, en una segunda parte, trató de ser el originario de una colisión", explicaba Michael Masi, el director de carrera de la Fórmula 1.
En cualquier caso, las muchos aficionados no dudaron en pedir la bandera negra para ambos pilotos, o al menos para Sebastian Vettel, en unas maniobras que recordaron mucho a la tragedia de hace una semana. Incluso cabe pensar que, con los papeles cambiados y Vettel jugándose el título, a Stroll le hubiese caído una carrera de sanción, como le pasó a Romain Grosjean en 2012.
Fue el más importante, pero no el único incidente polémico de todo el fin de semana. De hecho Vettel estuvo implicado en otro durante la clasificación, ya que las cuatro ruedas del Ferrari parecían estar fuera de la pista en su mejor vuelta en la curva de la Parabólica. Sin embargo los comisarios decidieron mantener su cuarta posición en parrilla.
La clasificación en general fue un caos que terminó con todos los pilotos investigados por los comisarios al no correr en la última vuelta. Curiosamente uno de los tres que se llevó reprimenda fue Carlos Sainz, el único que consiguió dar la última vuelta, mientras que los Ferrari y los Mercedes salieron de rositas.
También fue muy cuestionada la vuelta de clasificación de Valtteri Bottas, que le permitió salir tercero. El finlandés terminó el giro cuando la bandera roja por el accidente de Kimi Raikkonen ya ondeaba en el horizonte, algo que indiscutiblemente le debía cancelar el tiempo. Pero sin embargo los comisarios tomaron el camino opuesto y Bottas pudo luchar por la victoria.
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Ya en carrera, hubo una decisión todavía más decisiva que tuvieron que acometer los comisarios. Si sancionar o no a Charles Leclerc por su maniobras con Lewis Hamilton. El piloto de Ferrari primero arrinconó al campeón del mundo en la segunda chicane, obligándole a abandonar la pista, y después se saltó la primera chicane, aunque perdiendo velocidad.
El primer incidente se saldó con una bandera blanca y negra, la nueva medida que está implementando la FIA para advertir a los pilotos. En la segunda no consideraron necesario usarla de nuevo, lo que habría obligado a sancionar con tiempo a Leclerc y entregarle la victoria a Lewis Hamilton, o a Valtteri Bottas en su defecto.
"Si hubiesen sancionado a un Ferrari yendo líder en Monza los comisarios habrían tenido que salir con escoltas del circuito", opinaba un elocuente Toto Wolff tras la carrera. En cualquier caso, en Italia vimos la versión agresiva de Charles Leclerc que echamos en falta en su duelo con Max Verstappen en Austria.
Vettel está al borde de quedarse sin puntos en el carnet de piloto
Monza confirmó el cambio de guardia en el equipo Ferrari. Ahora sí, Charles Leclerc ya está por delante de Sebastian Vettel en la clasificación general y empieza a ser una amenaza muy seria para Max Verstappen. Leclerc está trece puntos por delante de su compañero de equipo y a tan solo tres del piloto estrella de Red Bull, que pasó como una sombra por Monza.
Mientras tanto, Sebastian Vettel se hunde. Este año ya lleva dos carreras, la de Silverstone y la de Monza, en las que termina pero no puntúa. Es algo que no le pasaba desde 2008 cuando todavía corría con Toro Rosso. Además, ha trompeado en nueve de las últimas 17 carreras de Fórmula 1. Su futuro en Ferrari más allá de 2020 parece muy complicado.
Además ayer la FIA le quitó tres puntos más de su carnet a Sebastian Vettel, que se tendrá que andar con cuidado en las próximas carreras. El alemán ahora se queda al borde de precipicio. Le quedan tres puntos en el carnet, por lo que si comete una tropelía más en las próximas carreras tendrá que ver un Gran Premio desde casa.
Cada piloto tiene doce puntos del carnet y va recuperando los que se le quitan doce meses después del incidente en cuestión. Vettel ha perdido nueve y no empezaría a recuperar hasta después de Japón, por lo que si provoca algún incidente en Singapur, Rusia y el propio Japón quedará inhabilitado para correr la siguiente carrera.
