Alfa Romeo, como Lancia y como tantas marcas italianas, sabe producir casi sin dificultad un sinfín de coches preciosos, y si nos centramos en la competición, lo mismo es cierto. Por ello, aunque no compita ahora en tantos lugares como en el pasado, seleccionar los cinco coches de competición más bellos de la historia de Alfa Romeo es particularmente difícil. Es evidente para una marca que compite de forma activa desde hace más de 80 años.
Alfa Romeo P3 - Gran Premio
Es por ello que el primer coche tiene que ser uno de la época dorada de la marca milanesa. El Alfa Romeo P3 se considera el primer monoplaza de gran premio de la historia. Diseñado por el gran Vittorio Jano, debutó en el Gran Premio de Mónaco de 1932, donde ganó con Tazio Nuvolari. Ligero como una pluma (sus 680kg era poquísimo para la época), ganaría seis carreras más, incluyendo las tres carreras que contaban para el campeonato.
En 1933, con dificultades económicas, Alfa Romeo no compitió en el campeonato, aunque sí lo hizo la Scuderia Ferrari con los antiguos Alfa Monza, hasta que convencieron a Alfa Romeo que les cediera los P3 para la parte final de campeonato. Esto hizo que ganaran, entre otras cosas, los grandes premios de Italia y en España, en el circuito de Lasarte, en Guipúzcoa. El P3 siguió venciendo muchas carreras en 1934, pero en 1935, contra los Mercedes y Auto Union, no había esperanza.
A pesar de todo, una última victoria válida para el Campeonato de Europa se produciría en el Nürburgring, con un Tazio Nuvolari desatado, remontando tras un pinchazo que parecía haberle apartado de la lucha y que en la última vuelta se benefició del pinchazo del Mercedes que rodaba en cabeza para ganar una carrera que dejó a los trescientos mil asistentes alemanes con la boca abierta, y totalmente descolocados. Alfa Romeo y el P3 se habían ganado un lugar en la historia, con un total espectacular de 46 victorias.
Alfa Romeo 158 - Fórmula 1
El Alfa Romeo 158 tiene una historia increible tanto de longevidad como de éxito, poco conocida por muchos. Evidentemente, todos sabemos que compitió en los mundiales de 1950 y 1951 (rebautizado como 159 y con varias evoluciones) de Fórmula 1, venciendo los dos años, con diez victorias sobre trece carreras disputadas. Espectacular, sin ninguna duda. Lo que muchos no saben es que este monoplaza paradigmático de los años 50... ¡debutó en realidad en 1938! El "Alfetta" era la máquina de la marca de Milán después de retirar el P3, pero cuando llegó la Segunda Guerra Mundial, los coches tuvieron que ser guardados.
Sin dinero para construir nuevos monoplazas, Alfa Romeo les quitó el polvo para competir. A nivel de tiempo, es como si el Ferrari de Eddie Irvine de 1999 hubiera ganado las temporadas de 2011 y 2012 de Fórmula 1. Una locura. El coche disputó, antes de la Fórmula 1, 41 carreras, y venció en 37. En total, pues, 47 sobre 53. Difícil de imaginar. Pero también tuvo que ver las muertes de Achille Varzi y Jean-Pierre Wimille, iconos de otra época de las carreras. El coche compitió hasta 1951, cuando entraron las normativas de Fórmula 2 para el Campeonato del Mundo de pilotos, y los 159 quedaron relegados a carreras no puntuables. La última victoria se produjo en 1953 con, evidentemente, Juan Manuel Fangio.
En cuanto a su evolución técnica, empezó usando un motor de 1500 centímetros cúbicos con compresor de 200 caballos de potencia, y acabó dando más de 420 en 1951. Curioso es el hecho que funcionaba con metanol, que refrigeraba las cabezas de los pistones cuando entraba en el motor. Pero eso producía que la zona de los pedales se calentara mucho, y eran conocidos los zapatos de esparto que algunos pilotos usaban para no "achicharrarse" los pies. Además, el Alfa Romeo 158/159 tenía el problema de un enorme consumo de gasolina, aunque aparentemente esto nunca le frenó para ganar carreras de la forma en la que lo hacía.
Alfa Romeo Giulia TZ2 - Gran Turismo
El Alfa Romeo Giulia TZ2 no fue un coche de carreras legendario, aunque sí fue aclamado por su belleza y su rareza, pues solo se construyeron doce de ellos. Provenía del TZ, un coche diseñado por Alfa Romeo en colaboración con Autodelta. El TZ, a veces llamado TZ1 (por eso de diferenciar entre el primer y el segundo modelo), debutó en competición en 1963 en una carrera en Monza, obteniendo las cuatro primeras posiciones. Esto es, a pesar de contar con un motor de unos 160 caballos de potencia. Pero su peso de tan solo 660kg jugaba a su favor.
Tanto el TZ como el TZ2 se basaban en el concepto "Coda Tronca", conocido también como "Kammback", que se basa en el principio de que un coche con líneas fluidas y suaves con una zona trasera que "corta" el coche de forma abrupta reduce la estela (concepto aerodinámico que define la resistencia del aire hacia un objeto). Esta es la explicación del aspecto tan particular del Giulia TZ2, que es tan característica entre los coches de la época.
Para 1965 se estrenó en TZ2, con carrocería de fibra de vidrio que reducía la estela aún más, así como el peso, que bajó a 620kg. El motor subió un poco de potencia, hasta 170 caballos, lo que daba un rendimiento mejorado. Con todas estas mejoras, desde su debut el Giulia TZ2 dominó la categoría de los GT pequeños y cuando no había nada más que ganar, en Alfa Romeo quisieron plantearse un reto mayor y pasarse a las carreras de Gran Turismo de mayor cilindrada, lo que supuso la retirada de estos pequeños bólidos.
Alfa Romeo Tipo 33 - Sport-Prototipo
Para Alfa Romeo, el Tipo 33 (denominación general) es una máquina legendaria, tanto en cuanto a victorias y éxitos como en cuanto a longevidad, y distintos modelos. Construido por primera vez en 1965, llegó a competir hasta 1977, en la que fue su sexta encarnación distinta. Tras el Tipo 33, vino el 33/2, el 33/3, el 33/4, el 33TT12 y el 33SC12. Las cosas no empezaron muy bien para el Tipo 33, un prototipo de aspecto grande pero de motor pequeño, con lo que competía en la categoría de coches de 2000 centímetros cúbicos. Un quinto puesto en los 1000 kilómetros de Nürburgring fue lo mejor de 1967, en su año de debut. La temporada de 1968 resultó ser bastante más fructífera.
Con victorias de categoría en varias carreras como las 24 horas de Daytona, los 1000 kilómetros de Monza y los 1000 kilómetros de Nürburgring, las cosas parecían ir a mejor, pero en 1969 el rendimiento volvió a empeorar. Con un motor de 3000 centímetros cúbicos ahora, sus rivales eran el Ferrari 312P y el Porsche 908, mucho mejores, y no pudo plantar cara. En 1970, algunos resultados como el podio en las 12 horas de Sebring, animaron al equipo, que en 1971 volvió a saborear el éxito. Tras ser segundos en Sebring, ganaron los 1000km de Brands Hatch, y de nuevo en la Targa Florio y en Sebring. Segunda posición en el campeonato de marcas y con la prohibición de los 5000 centímetros cúbicos, en 1972 siguieron luchando por victorias.
En 1973, con la estrena de 33T12, pocos resultados llegaron, aunque en Alfa Romeo tenían claro que era una temporada de desarrollo, y así en 1974 los resultados empezaron a mejorar, culminando con la victoria en el campeonato de marcas en 1975, con siete victorias sobre ocho carreras. El trabajo de casi una década había terminado con éxito, aunque en Alfa Romeo seguirían compitiendo aún un par de años más con el nuevo 33SC12. La victoria total llegó de nuevo en 1977, venciendo en todas las carreras. Tras esto, a la Alfa no le quedaba nada que demostrar y se retiró. Como curiosidad, el motor del 33SC12 fue el que utilizó Brabham en 1978 y el propio Alfa Romeo de Fórmula 1 en 1979.
Alfa Romeo 155 V6 TI - Turismo
El Alfa Romeo 155 en general fue un gran coche de carreras de turismos en los años 90, venciendo en el BTCC, en el CET, en el campeonato italiano de superturismos e incluso en el DTM, donde se hizo más famoso el 155, con la versiín V6 TI. Con un aspecto sublime como turismo, el color rojo de Alfa Romeo (y más adelante los colores de Martini, siempre geniales), el 155 del DTM se ganó una hora de seguidores. En 1993, el campeonato fue dominado por Nicola Larini, con 11 victorias sobre 22.
Al año siguiente, Larini no pudo mantener el título y terminó en tercera posición. En 1995, Alfa Romeo, ya con Martini, perdió rendimiento y pareció perder brillo con respecto a los años anteriores, aunque fue una pérdida momentánea.Pero no volverían a llevarse el título de pilotos, puesto que, aunque en 1996 recuperaron ritmo, ganaron carreras y Alessandro Nannini fue tercero en el campeonato, el campeonato se canceló de cara a 1997, y el Alfa Romeo no tuvo la oportunidad de intentar recuperar la corona.
El 155 dejó su ADN al 156, que acabaría siendo multicampeón en el ETCC, lo que acabó por demostrar que Alfa Romeo aún tenía lo necesario para ganar en competiciones de turismos. El 155 marcó una época por lo espectacular de la maquinaria (Motor V6 de 2500 centímetros cúbicos y 490 caballos con 1060kg de peso), lo bonito del coche, y las 38 victorias que marcó durante su etapa en el DTM. Desde luego, números de infarto para una máquina de carreras de verdad.
Alfa Romeo es mucho más que una marca legendaria. Hoy en día, ver un Alfa Romeo es ver algo no tan habitual, como lo era hace unos años. Quizás la época de oro de la marca italiana ya haya pasado. Quizás no, y lo mejor esté por venir, y una nueva edad de oro en la competición le espere en el futuro. Lo que está claro es que desde los años 30, Alfa Romeo es una marca ganadora; no participa solo por hacer de figurante, y rara es la categoría en la que haya participado y no haya llegado a ganar.
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