En el mundial de los altibajos, Lewis Hamilton ha saldado con un fin de semana impecable la penúltima cita de la temporada, y sólo un resultado realmente desastroso en Brasil puede evitar ya que el piloto británico se convierta en el más joven de la historia que consigue alzarse con el título.
Fue el más rápido en la primera de libres del viernes. Repitió en la segunda. Dominó los tiempos en la Q1, la Q2 y en la definitiva Q3, marcando la pole, y hoy en carrera ha completado el fin de semana con la victoria y la vuelta rápida. En las tablas de los más rápidos, sólo empaña el fin de semana de Lewis el mejor tiempo que logró Nick Heidfeld en la sesion de libres del sábado, por delante, cómo no, del propio Hamilton, que fue 2º. Si a eso le sumamos que Ferrari no ha estado a la altura en ningún momento, está totalmente justificado que los titulares sobre la victoria en Shanghai del británico sean de estilo "incontestable", "recital", o "imparable".
El único momento que realmente podía cambiar la historia de esta carrera era el de la salida, pero por mucha tensión que hubiera en la misma, esta vez no hubo fallos, y una impecable salida del británico no dejó ninguna opción a que Raikkonen y Massa pusieran en práctica cualquier estrategia que hubieran planeado para ese decisivo momento. A partir de ahí, la cosa se redujo para el de McLaren a tirar y tirar, y lo hizo a la perfección.
En definitiva, que Hamilton ha saldado con nota un fin de semana en el que ha estado en todo momento en el centro de las críticas de sus compañeros. Como el propio británico afirmó ayer, no se ha dejado descentrar, y para Interlagos, o se descentra Hamilton, o el Mundial es suyo. Pero vaya, como este año hemos visto de todo, esperemos a ver qué sucede en Brasil: ¿tendremos nuevamente la versión del Hamilton impecable, o tocará la versión errante del británico? En 15 días lo sabremos.