La verdad es que quizás todos esperábamos algo más después de ver a Fernando volviendo a marcar el tiempo más rápido en la tercera sesión de libres, pero el asturiano ya había avisado que los tiempos iban a estar muy apretados en Interlagos, y así ha sido. Finalmente, y después de unas Q1 y Q2 algo complicadas peleándose con los siempre delicados reglajes en este circuito, Fernando pudo colar su R28 en 6ª posición para mañana, por delante del peligro que suponían los dos Toro Rosso y el BMW de Nick Heidfeld.
Pero lo que más morbo tendrá, sin duda alguna, será ver su actitud mañana en la salida. Fernando sale sexto por detrás de los dos McLaren, y si el otro día ya declaraba que quería que ganara "cualquiera menos McLaren", tiene en sus manos poner un granito de arena para que esto sea así. Considerando que Hamilton difícilmente pretenderá adelantar a Kimi en la salida, y que Kovalainen no osará adelantar a su jefe de filas cuando se apaguen los semáforos, Alonso podría encontrarse con una situación inmejorable para intentar sacarse a los dos McLaren de una tacada.
Las salidas en Japón y China fueron malas, como el propio Fernando ha reconocido, pero su "a ver lo que pasa delante" demuestra que la sensación generalizada es que la tensión que se respira en el ambiente puede deparar alguna sorpresa en la siempre complicada curva de final de recta de Interlagos. Eso, y el más que seguro juego de estrategias que nos espera mañana, por no hablar de las previsiones de chubascos intermitentes, pueden regalarnos mañana una de esas carreras de guardar en las estanterías.
En cualquier caso, el resultado de hoy supone cerrar el año con un contundente 18-0 en su casillero personal con Nelsinho Piquet. Nadie ha sido capaz de meterle semejante repaso a su compañero de equipo en calificación, y no recuerdo si eso ha pasado alguna vez en estos últimos años, aunque me atrevería a decir que no.
