Inmersos en la era del coche conectado y de la comunicación Vehicle to Vehicle (V2V) y Vehicle to Everything (V2X), esperamos con ganas vivir el momento en el que la tecnología haga realidad una gestión del tráfico eficaz que a la vez reduzca los accidentes y el tiempo innecesario que pasamos en el coche.
En este contexto, Ford ha desarrollado, a través de un algoritmo, una tecnología que pretende que los semáforos y las peligrosas intersecciones sean algo del pasado. Y la están probando en Reino Unido.
"Ojo, intersección: reduzca la velocidad para no tener que parar"
La marca del óvalo está probando, en las calles de Milton Keynes, Reino Unido, una nueva fórmula llamada Intersection Priority Management (IPM). El objetivo es comprobar la viabilidad de un sistema que permita la cooperación inteligente en las carreteras, mejorando el flujo del tráfico.
Ford se ha basado en el comportamiento humano a la hora de caminar: aceleramos y deceleramos para evitar detenernos. IPM utiliza las comunicaciones de vehículo a vehículo para comunicar datos como posición, dirección y velocidad con otros vehículos, de forma que pueda sugerir la velocidad óptima para no tener que detenerse en puntos conflictivos como las intersecciones.
El sistema de abordo es capaz así de identificar un cruce próximo y la trayectoria de otros vehículos que se aproximan, algo que Ford considera que podría borrar de un plumazo las señales de tráfico y los semáforos. Eso sí, en un futuro lejano.
Cadillac ya ha anunciado que su CTS Sedán será el primer modelo del mercado americano en incorporar la tecnología V2V. Mientras tanto, Ford presentaba en octubre de 2017 una luz de freno de emergencia que avisa al resto de conductores de que se ha producido una frenada imprevista a una distancia de hasta 500 metros, y se espera que llegue de serie para 2020.
Toyota por su parte ya comercializa en Japón tres modelos con un sistema de comunicación entre vehículos y entre vehículos e infraestructura bajo el nombre ITS Connect. Y Volvo anunció en mayo que a partir de este año, los camiones vendidos por volvo en Suecia y Noruega podrán comunicarse con los coches, compartiendo entre ellos datos de forma anónima.
Pero para que esto tenga sentido, todos los fabricantes deberán implementar la tecnología en sus modelos autónomos, pues para que la comunicación tenga lugar ha de haber más interlocutores.