Todos hemos visto alguna vez fotos y vídeos de los prototipos de desarrollo de los nuevos modelos de Ferrari. Habitualmente, una vez el nuevo modelo presentado, esos prototipos son desmontados o bien siguen su labor como mula probando un determinado componente.
Unos pocos se hacen un hueco en el museo de la marca, pero casi nunca llegan a manos del público. Y aquí hay uno en venta. Se trata de un Ferrari 458 Italia que operó como mula, escondiendo en sus entrañas la mecánica híbrida del Ferrari LaFerrari.
El Ferrari LaFerrari fue presentado en el Salón de Ginebra de 2013, uno de los hyperdeportivos que marcaron este inicio de siglo y uno de los integrantes de lo que se apodó la Santa Trinidad.
En el plazo de cinco meses, el Ferrari LaFerrari, el McLaren P1 y el Porsche 918 Spyder comenzaron a producirse, lo que consolidó el año 2013 como un año crucial para la evolución de los hyperdeportivos: los tres eran híbridos enchufables.
Después de toda la vida luchando para producir el coche más rápido con motor de combustión interna, la adopción de la electrificación cambió las reglas del juego para siempre. Hoy, no solamente los Ferrari híbridos abundan en la gama actual y habitual (sólo el Roma y el Portofino M no lo son, y el F8 Tributo ya tiene un pie fuera), pero en algún momento habrá incluso un Ferrari eléctrico. Hasta Porsche está pensando en un 911 eléctrico a medio plazo.
Es más que un prototipo, ayudó a crear el LaFerrari
La exclusividad está en el ADN de Ferrari, desde sus inicios en los que el propio Enzo Ferrari se podía negar a venderte un coche, hasta la famosa frase de Luca di Montezemolo, sucesor de Enzo Ferrari, quien dijo que fabricarían tantos Ferrari como pidiese la gente menos uno. El cliente debe tener el sentimiento de llevarse más que un coche, ha de llevarse una obra muy especial y sólo al alcance de los elegidos.
Por eso Ferrari empezó a ofrecer sus mulas de desarrollo del LaFerrari a la venta una vez que quedó claro que ya no eran necesarias para las pruebas. El famoso coleccionista estadounidense Greg B, por ejemplo, es uno de los pocos que pudo hacerse con uno de esos prototipos.
Esta unidad, vendida de forma privada en julio de 2016, fue actualizada, con un interior en cuero, y repintada en negro mate por Ferrari. Eso sí, el coche no está homologado ni se puede matricular. Por tanto su dueño no lo puede usar en carretera ni ser utilizado en circuitos públicos. Sin embargo, sí puede utilizarlo en entornos privados.
Equipa un V12 de 6.3 litros, derivado del Ferrari FXX, asociado a un motor eléctrico y a un sistema KERS. Y curiosamente tiene tan sólo 3.322 km en su cuentakilómetros. Algunas partes de su carrocería están cortadas o son toscas. Lo más interesante es que el coche viene con los paneles metálicos desmontables que hacían las veces de camuflaje.
La historia es la misma en el interior, con etiquetas pegadas por los ingenieros de pruebas de Ferrari todavía presentes en el interior; no es un Ferrari al uso. Las etiquetas en alemán ordenan a los eventuales pasajeros que no muevan el asiento debido a un extintor instalado detrás.
Una nota en inglés en el volante advierte al conductor: "¡No acelerar a fondo!", debido a la presencia de catalizadores. La denominación de la mula, "F150 M6", puede incluso verse garabateada en el cortafuegos.
El prototipo cuenta con la certificación de Ferrari Classiche. Será RM Sotheby's la encargada de sacar a subasta este prototipo en Mónaco, el próximo 14 de mayo de 2022. Y como este tipo de coches no suelen salir a subasta, será curioso ver qué precio alcanza.
Fotos | Michael Jurtin. Cortesía de RM Sotheby's
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