Hace algo más de una semana, un youtuber británico llamado Ratarossa se propuso encontrar la pista del Ferrari F40 de Uday Hussein, el hijo mayor de Saddam Hussein. Y es que el chico es bastante aficionado a los Ferrari que están hechos polvo. Y en menos de una semana ha dado con el coche.
En su último vídeo asegura que ya ha encontrado el coche, pero que está en un estado tan lamentable que ya no le interesa. Y lo dice alguien que tiene un Ferrari Testarossa al más puro estilo rat (de ahí el nombre de su canal).
Alejandro Salomón “Salomondrín” se hizo eco de sus búsqueda en su canal de Youtube y finalmente fue Chris Smith, más conocido como "Big Chris", de Gas Monkey Garage, quien ha dado con el coche. Está en Erbil, capital del Kurdistán iraquí.
Y es que Big Chris, que es inglés, ya había inspeccionado en persona el coche en 2016, para Dennis Collins y Richard Rawlings (no podían viajar allí como viviles por disponer de pasaporte estadounidense). Entonces pudo comprobar que además de una capa de polvo, le faltaban numerosas piezas. Pero sobre todo, sacar el coche del país suponía una pesadilla logística tal que las dos estrellas desistieron de hacerse con el coche.
El entonces dueño del F40 lo recuperó con tan solo 3.764 km y en un estado deplorable. Tenía tanto polvo del desierto encima, dentro y en el motor que solo limpiarlo correctamente llevaría días. Contrató a un especialista belga de la marca que viajó a Irak para intentar arreglar el coche.
Y no solamente consiguió arrancar el motor, sino que ahora han limpiado el coche y funciona perfectamente. Finalmente, el coche fue vendido por algo más de un millón de dólares a un coleccionista saudí que ha encargado una completa restauración.
Te quemo tus coches a modo de castigo
Las familias de dictadores y los coches de lujo siempre van unidos. Raro es el dictador o uno de su séquito que no tiene pasión por los coches de lujo. Y entre ellos Uday Hussein. Se dice que tenía una inmensa colección de coches, con algunas piezas muy raras, como un Lamborghini LM002 y un Ferrari F40, y otras un tanto inusuales para el hijo de un dictador, como un Ferrari Testarossa rosa. Ese F40, justamente, es uno de los pocos coche de su colección que han sobrevivido a su padre.
Y es que la mayoría de sus coches no fueron destruidos en algún bombardeo o por el pueblo, como ocurrió con los Ferrari de Ben Ali, en Túnez. No, el propio Saddam Hussein le quemó la mayoría de sus coches como castigo. ¿Qué había hecho? Disparar y matar a varias personas en una fiesta en 1995. Y no era algo nuevo, ya había asesinado al mayordomo personal de Saddam en 1988. Así, lo habría contado Saddan Hussein, entre risas, a sus guardas en los tres años que estuvo preso antes de su ejecución.
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