La historia Koenigsegg y Top Gear es una contínua tragicomedia de amor y odio a partes iguales. Cuando estrenaron el Koenigsegg CCX en su pista creían que iba a conseguir ser el más rápido, sin embargo el Stig se salió de la pista.
Como lógicamente el Stig no comete fallos por no ser humano, llegaron a la conclusión de que le faltaba apoyo erodinámico en la parte trasera. Koenigsegg creó para ellos un alerón personalizado y al segundo intento batió el récord de la pista de Top Gear.
Una vez puestos en antecedentes vamos a contar lo que ha ocurrido ahora. Existe (existía, mejor dicho) una única unidad del CCX capaz de utilizar biofuel B85, nombrada Koenigsegg CCXR, que conseguía todavía más potencia que el CCX. Esta unidad fue prestada a Top Gear para realizar un reportaje.
Volvían de hacerle fotos y vídeos al coche, y decidieron que lo trajera de vuelta un ingeniero de Koenigsegg, que fue el que conducía durante el accidente. En el asiento del acompañante viajaba un editor de Top Gear, que afirma que iban a 120 millas por hora (unos 193 km/h) en el momento del accidente, velocidad que el consideraba excesiva.
Así acaba el episodio, más de 200 metros de marcas de rueda en la carretera y casi 900.000 euros de un coche único en el mundo en la cuneta. Nos queda el consuelo de que nadie resultó herido, y de que Koenigsegg seguirá investigando con combustibles alternativos, de hecho tienen pensado ofrecer un kit a los dueños de un CCX para permitir al motor aceptar biocombustible.
Vía | Carscoop
Más información | Top Gear
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