Todos los fabricantes aseguran tener planes para convertirse a medio y largo plazo en fabricantes de coches eléctricos. Y todos anuncian que pronto la mayoría de sus ventas serán con este tipo de coches. Audi, que ya ha cesado el desarrollo de nuevos motores de combustión interna, acaba de poner una fecha límite a sus últimos coches con motor de combustión interna. Será en 2026. Es decir, dentro de cinco años.
La noticia la dio el presidente del consejo de administración de Audi, Markus Duesmann, a los ejecutivos de la empresa y a los representantes de los trabajadores, según el diario alemán Süddeutsche Zeitung, cuya traducción resumida apareció en Reuters.
Cinco años, puede parecer lejano, pero en la industria del automóvil, notoriamente lenta, eso equivale a decir que será mañana. De hecho, es una fecha tan cercana, que pillaría a algunos modelos en mitad de su vida comercial (la media es de ocho años). Esto significa que básicamente estamos viendo los últimos coches gasolina y diésel de Audi. Las nuevas generaciones de modelos, desde el A1 hasta el Q8, no se renovarán o serán eléctricos.
Eso no significa que se vaya a acortar la vida comercial de algunos modelos, como por ejemplo el actual Audi A3, presentado en 2020 y que debería seguir en venta, y por tanto en producción, hasta 2028. Eso sí, a partir de 2026, todas las novedades de la marca de Ingolstadt serán eléctricas, según las declaraciones de Duesmann.
Duesmann habría declarado que la eliminación de la combustión interna de Audi se aplicará en 2026 tanto a los modelos diésel como a los de gasolina, y se supone que esto último se extenderá también a los híbridos de la marca. Es el siguiente paso lógico para una marca que en marzo confirmó que no desarrollará nuevos motores de combustión.
La postura de Audi respecto a la electrificación se alinea con la del Grupo Volkswagen, que es el fabricante que más ha apostado por el coche eléctrico, hasta el punto de querer mirarse en el espejo de Tesla y a término superar al fabricante californiano.
Los rivales de Audi no lo tienen tan claro, a pesar de las apariencias
Las otras marcas alemanas, sin embargo, no son tan radicales. BMW y Mercedes-Benz comercializan sus propios vehículos eléctricos, pero prevén que la combustión interna seguirá siendo un elemento básico de la industria automotriz durante muchos años.
Incluso Mercedes-Benz, que asegura no desarrollar nuevos motores de gasolina y diésel (porque son todos nuevos y pueden tener una vida comercial de entre 10 y 20 años) y que ha desvelado una gran ofensiva eléctrica, no se cierra del todo al motor de combustión interna. En todo caso, creen que hasta el horizonte 2040 todavía habrá demanda suficiente para este tipo de motores.
Por el contrario, en BMW no tienen en sus planes el dejar de desarrollar la combustión interna; BMW ha expresado su preocupación por la disponibilidad de los minerales de tierras raras que se utilizan a menudo en los vehículos eléctricos. De hecho, BMW no se casa con ninguna tecnología hasta el punto de desarrollar y explorar también la vía del hidrógeno.
Incluso el caso de Audi no es tan claro. Al fin y al cabo es uno de los mayores impulsores, con Porsche, de los combustible sintéticos e-fuels. En todo caso, aunque las baterías de iones de litio se han abaratado notablemente en la última década, siguen siendo caras. Además, está la cuestión de los suministros, ya sean materias primas o simplemente semiconductores.
Entre la posible escasez de suministros y la necesidad de acertar con la tecnología que se impondrá, el futuro del automóvil nunca ha sido tan incierto como ahora.
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