La guerra comercial que mantienen Estados Unidos y China ya es una amenaza para la economía global. Lejos de enfriarse, el panorama se está volviendo cada vez más sombrío: hace dos días el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, 'ordenó' a las empresas dejar de fabricar en China e impuso una nueva subida de aranceles a los bienes chinos, y China ha respondido.
En esta brutal escalada de tensiones, Tesla ha anunciado que subirá el precio de sus coches eléctricos en China el viernes de esta semana, un poco antes de lo esperado.
Sin producción local, Tesla estará a merced de los vaivenes de la guerra
Este fin de semana la guerra arancelaria entre las dos superpotencias alcanzó el punto de ebullición con el Gobierno de Xi Jinping anunciando un arancel -que había congelado- del 25 % sobre los automóviles importados de los Estados Unidos y un 5 % sobre los recambios a partir del 15 de diciembre.
Según explica Bloomberg, un representante de ventas de Tesla en Shanghái ha confirmado que la subida de precios -sin especificar detalles- se producirá antes de lo esperado, pues estaba programada para septiembre.
Tesla se encuentra entre los fabricantes de automóviles más afectados por las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China porque todavía no tiene producción local y, por lo tanto, se ve afectado directamente por cualquier aumento en los aranceles.
Además, la disminución del valor de yuan está reduciendo el valor de las ganancias que Tesla obtiene de China.
Los rumores apuntan a que la Gigafactoría que está construyendo Tesla en Shanghái, la primera en el país asiático, estará operativa a finales de año. Hasta entonces, la compañía capitaneada por Elon Musk estará a merced de la guerra arancelaria.
Breathtaking photos of Tesla Shanghai Gigafactory 3 #China 🇨🇳
— Vincent (@vincent13031925) June 24, 2019
June 24th 2019
The progress of the #GF3 construction is simply incredible! The pictures speak for itself! A new page of China EV revolution is about to begin! Congratulations @elonmusk & @Tesla team. $TSLA #Tesla pic.twitter.com/iYQpOEuf3r
Work on #Tesla's Gigafactory 3 in #Shanghai is progressing rapidly, with installation of production equipment starting and the recruiting process for technicians in progress. https://t.co/fJslrnA5Bk pic.twitter.com/tw2OnEAnbl
— Global Times (@globaltimesnews) June 24, 2019
Durante el año pasado Estados Unidos vendió coches a China por unos 230.000 millones de dólares, según LMC Automotive, y, aunque no supone ni de lejos el grueso de su negocio, fabricantes como Mercedes-Benz, General Motors o Ford registraban este viernes importantes pérdidas en la Bolsa.
Los precios de las acciones de Tesla cayeron casi un 5 % al cierre del mercado, mientras que General Motors y Ford cayeron un 3,2 % y un 3 % respectivamente.
De hecho, Ford y Tesla se encuentran entre los mayores afectados por la guerra comercial junto con BMW y Daimler.
Un 'ojo por ojo' que dura año y medio
Durante la cumbre del G7, donde se reúnen las economías más ricas, el Gobierno estadounidense ha dejado claro que su intención no es rebajar la tensión, sino aumentarla. Según explica El País, un portavoz de la Casa Blanca ha dicho que Trump "lamenta no haber subido más los aranceles".
Lejos de enfriarse, esta nueva guerra fría lleva más de un año gestándose; a cada decisión tomada por Trump, China responde con represalias que enfadan aún más al líder republicano, que no duda en usar su cuenta en Twitter para dejar por los suelos la reputación del país comunista.
"Nuestro país ha perdido, estúpidamente, miles de millones de dólares con China durante muchos años. Han robado nuestra propiedad intelectual a razón de cientos de miles de millones de dólares al año, y quieren continuar. ¡No dejaré que eso suceda! No necesitamos a China y, francamente, estaríamos mucho mejor sin ellos", tuiteó hace tres días.
Our Country has lost, stupidly, Trillions of Dollars with China over many years. They have stolen our Intellectual Property at a rate of Hundreds of Billions of Dollars a year, & they want to continue. I won’t let that happen! We don’t need China and, frankly, would be far....
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) August 23, 2019
Acto seguido anunció que respondería a los aranceles impuestos por Pekín, y además instó a las multinacionales estadounidenses a buscar una alternativa a China e incluso traer de vuelta a Estados Unidos las compañías que allí operan.
Poco después, desde la Casa Blanca se acordó subir los aranceles que ya estaban vigor sobre productos chinos por valor de 250.000 millones de dólares del 25 % al 30 % a partir del 1 de octubre. Además, desde el 1 de septiembre subirán los aranceles sobre los 300.000 millones de dólares restantes de importaciones chinas del 10 % al 15 %.
Se trata de una respuesta al anuncio de Pekín de que castigará a los productos estadounidenses por valor de 75.000 millones de dólares con una subida del aranceles del 10 % en lugar del 5 % actual.
Una continua escalada de fricciones que está haciendo mella en las bolsas y mercados internacionales, incluso en el precio del petróleo estadounidense, otro producto gravado por China.