El motor de combustión que ha movido los automóviles desde finales del siglo XIX todavía tiene cuerda para rato. Poco a poco y tras ver las orejas al lobo en un par de ocasiones con las crisis del petróleo cada vez van surgiendo más alternativas, pero según un estudio del Consejo Nacional del Petróleo de Estados Unidos los motores de combustión interna serán mayoría por lo menos hasta 2050.
El futuro de la movilidad a largo plazo no parece muy claro, a corto plazo el gas y los biocombustibles podrían ser la principal baza, mientras que el medio plazo parece destinado a ser ocupado por los coches eléctricos a los que todavía les falta pulir muchos detalles, como la rapidez de carga o la autonomía. En el largo plazo, ya probablemente para después de ese año 2050, no sabremos que llegará, pero el sustituto no estará en condiciones de acaparar el mercado hasta entonces.
Según el Consejo Nacional del Petróleo, parte del departamento de energía estadounidense, de las nuevas tecnologías su alto coste será el principal impedimento para sacar de circulación a la combustión interna. Vamos, lo que ya sabemos, que si un coche de gasolina me vale 15.000 euros y uno eléctrico me cuesta 30.000 euros, la elección es clara, la diferencia da para mucho combustible.
Las crisis, sí, en plural, no ayudan para nada a dejar de depender del petróleo. Se consume menos y se consume más barato, por lo que optar a la última tecnología se convierte en un coto reservado a los más pudientes, que son un porcentaje bastante pequeño de la población. Por otro lado, las crisis nos ayudan a abrir los ojos y ver que lo barato no tiene porqué serlo siempre, lo que nos lleva a ir a soluciones más eficientes y estables, pero otra vez, estas no son baratas.
Y otra vez la pescadilla se muerde la cola. Nos queda todavía tiempo de escuchar los motores de combustión interna y de ver como los precios del combustible suben como cohetes y bajan como plumas. ¿Qué nos deparará el futuro?
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Vía | Leftlanenews
