Volvo desvelará la versión eléctrica de su XC40, el modelo de acceso a su gama SUV, a mediados de este mes de octubre. Y como Volvo ha construido su imagen de marca vendiendo seguridad, lógicamente, promete que el Volvo XC40 eléctrico es uno de los coches más seguros que han fabricado hasta la fecha.
Volvo tiene como objetivo que más del 50 % de sus ventas en 2025 sean de coches 100 % eléctricos. Más de la mitad de coches eléctricos significa que una buena parte de las ventas seguirán teniendo un motor de combustión interna, ya sea solo o con la ayuda de un motor eléctrico. Y por ello ha optado de hacer versiones eléctricas de sus modelos digamos convencionales y no crear un coche eléctrico ex profeso, como sí lo ha hecho el grupo Volkswagen con su plataforma MEB.
A nivel técnico esto implica una plataforma que pueda acoger ambos tipos de motorización y que al mismo tiempo conserve los estándares de seguridad de la marca. Y todo ello siendo, además, rentable para Volvo.
El Volvo XC40 eléctrico no difiere mucho de los otros eléctricos del mercado en términos de arquitectura. Contará con una batería entre los dos ejes y un motor por eje y sin embargo sigue usando la plataforma Compact Modular Architecture (CMA) que los Volvo XC40 diésel y gasolina.
Para poder seguir usando la plataforma CMA, Volvo ha tenido que rediseñar el frontal debido a la ausencia de un motor de combustión interna. Y es que las zonas de deformación programada no son las mismas si hay un motor en medio, si hay un espacio casi vacío o si hay un motor eléctrico más pequeño donde antes había un 4 cilindros.
Una estructura dentro de la estructura
Para la batería, Volvo ha creado una nueva estructura de aluminio extruido que ha sido integrada dentro de la estructura del habitáculo, creando así una célula de seguridad para la batería rodeada de una zona de deformación programada. Al mismo tiempo, se consigue un centro de gravedad muy bajo.
En la zaga, el motor eléctrico ha sido integrado dentro de la estructura del coche para mejorar la dispersión de la energía cinética y que no vaya hacia el habitáculo en caso de accidente, como un choque por alcance, por ejemplo.
El XC40 eléctrico también será el primer modelo de la marca equipado con la nueva gama de sensores para los sistemas ADAS (Advanced Driver Assistance System, de sus siglas en inglés, o Sistema Avanzado de Asistencia al Conductor) de Volvo que está diseñada para en futuro poder ser ampliada para la conducción autónoma.
Volvo no ha desvelado ningún dato técnico. Aun así, podría tener mucho en común con el Polestar 2, un modelo que también utiliza la plataforma CMA. Este equipa una batería de 78 kWh integrada bajo el suelo, con dos motores eléctricos para una potencia total de 408 CV y apuntan a una autonomía de unos 500 kilómetros (WLTP).
Sin embargo, si bien el XC40 podría heredar la batería del Polestar 2, es poco probable que sea un modelo tan potente como su hermano de grupo, ya que Volvo y Polestar tienen un público objetivo muy diferente.