Los radares de control de velocidad podrían estar acompañados muy pronto por dispositivos de control de ruido. En Suiza, a sazón de una orden promulgada por el gobierno cantonal de Ginebra, ya han comenzado a desarrollar esta tecnología cuyo objetivo es identificar a los vehículos más ruidosos a fin de sancionarlos e, incluso, sacarlos de la circulación.
Si bien la contaminación atmosférica es uno de los principales frentes a batallar a nivel global, lo que incluye a Europa, la contaminación acústica en las grandes ciudades también lleva tiempo siendo señalada como un problema de salud pública.
No es de extrañar por tanto que las normativas europeas comiencen a atar en corto este problema que, como ocurre con la velocidad o las emisiones contaminantes, pasa por utilizar mecanismos de control y por la redacción de normativas que lo persigan.
En el caso de Suiza, concretamente del cantón de Ginebra, donde ya ha comenzado a desarrollarse esta tecnología con el objetivo de combatir la contaminación acústica. Y es que, según publica Auto Motor und Sport, el 60 % de los residentes de la región están afectados por el ruido, lo que deriva en enfermedades cardíacas o en el desarrollo de diabetes.
Exceso de ruido en vez de exceso de velocidad
El funcionamiento de estos radares de ruido es similar a la de los dispositivos de control de velocidad, sólo que lo que controlarán será el nivel de sonoridad de los vehículos.
En el caso de Ginebra, la administración del cantón ha estipulado que estos aparatos deberán, por un lado, detectar el volumen de vehículos que circulan por las calles y, por otro, controlar y registrar a aquellos automóviles que excedan el límite de decibelios (aún por estipular). Así, estos radares fotografiarían a aquellos vehículos que infrinjan dichos límites para que las autoridades procedan a su sanción e incluso, dado el caso, retirarlos de la circulación.
En su desarrollo ya están embarcados un grupo de investigadores la Escuela Politécnica Federal de Lausana o EPFL (por sus siglas en francés), que aseguran que la tecnología podría estar lista para su implantación en un plazo de dos a cuatro años.
Tal y como publica el medio alemán, el Partido Ecologista Suizo asegura que estos dispositivos no sólo son técnicamente viables y relativamente sencillos de desarrollar, además su precio es muy similar al de un radar de velocidad.
No obstante, en Ginebra aún no existe una normativa aplicable para el control y sanción de los vehículos más ruidosos, por lo que para que las autoridades empiecen a multar a los conductores en ésta y otras regiones suizas, aún queda. "Sin las bases legales adecuadas, las medidas aplicables, así como la sanción, no son posibles en las actividades de control policial", explica uno de los consejos gubernamentales a la cadena suiza Telebasel.
¿Llegarán también a España?
Si bien Suiza se postula como pionera en la sanción de los vehículos de ruido elevado, iniciativas similares podrían implantarse también en otras ciudades europeas como las españolas.
Según un estudio publicado el año pasado, elaborado por el Observatorio de Salud y Medioambiente del Instituto DKV de la Vida Saludable, el 80 % de la contaminación acústica de las ciudades está ocasionada por el tráfico rodado. Barcelona es la urbe con mayor contaminación acústica en nuestro país, mientras que Madrid es la segunda.
Para hacer frente a este problema de salud pública que, según sus conslusiones, ocasiona 10.000 muertes prematuras en Europa, el Instituto DKV planteaba medidas como la reducción del límite de velocidad máxima en las vías urbanas, pasando de 50 a 30 km/h.
Algo que ya se ha impuesto por ejemplo en Madrid con la entrada en vigor de la nueva Ordenanza de Movilidad Sostenible el pasado mes de octubre y que la DGT está valorando implantar a nivel estatal. Y que a estas medidas se uniese la llegada de radares de ruido no sería para nada descabellado... Los seguiremos de cerca.