El síndrome del bebé olvidado, al que la industria automotriz busca poner remedio a través de la tecnología, es un problema que con las altas temperaturas que alcanzan los coches en verano incrementa su peligrosidad hasta derivar en un cóctel mortal.
Un estudio publicado por el Real Automóvil Club de España (RACE) alerta del peligro de dejar a los niños solos en el interior del coche, aunque no haga calor. Se trata de un problema que, lejos de ser puntual, ha provocado la muerte de más de un centenar de niños en Europa desde 2006.
Un horno hasta con las ventanillas abiertas
En solo 30 minutos, el interior de un coche alcanza el doble de la temperatura que hay en el exterior, pasando de 27 °C a 50 °C. Esta es una de las conclusiones del estudio del RACE, en el que se calcula la temperatura interior de un vehículo en tres situaciones distintas:
- Con el coche totalmente cerrado.
- Con una ventanilla abierta 5 cm.
- Con dos ventanillas abiertas 5 cm.
En el peor escenario, dentro de un vehículo cerrado, a los 30 minutos el termómetro marca el doble que en el exterior. Al cabo de casi dos horas la temperatura en el interior del vehículo se sitúa por encima de los 60 °C.
Incluso con dos ventanillas abiertas se siguen manteniendo altas temperaturas, que superan los 50 °C dentro del vehículo (53 °C a los 60 minutos).
Por ello no se debe menospreciar el efecto horno que se produce en este pequeño espacio; ya sea verano o invierno, el sol se convierte en un peligro para los grupos más vulnerables, como los niños, las personas mayores y los animales.
El estudio del RACE incide en la especial atención a los niños lactantes, así como a los pacientes crónicos de enfermedades cardiovasculares, respiratorias o neurológicas, pues sus sistemas termorreguladores están más afectados y presentan además una falta de autonomía que les impide escapar de la situación.
Cuando el cuerpo humano supera los 42 °C, existe un alto riesgo de sufrir un golpe de calor, que puede resultar especialmente peligroso en el interior de un vehículo, ya los aumentos de temperatura sobrevienen de forma rápida. Y la hipertermia resultante, junto con la deshidratación, pueden producir la muerte.
Cómo actuar ante un golpe de calor
Primero, hay que avisar al servicio de emergencias, llevar al niño a un lugar fresco, quitarle la ropa y aplicarle compresas frescas y mojadas. Si el niño está consciente, se le puede dar agua y acudir inmediatamente a un centro de salud.
Según datos expuestos por el RACE, solo en Estados Unidos mueren por golpes de calor un promedio de 38 niños al año, contabilizando más de 800 niños fallecidos desde 1998 por esta causa. "En el 81 % de los 93 casos analizados, los padres alegaron que no se percataron, mientras que el 11 % afirmaron que lo hicieron conscientemente".
En Europa, Francia es el país que más muertes infantiles contabiliza por golpes de calor desde 2006, con 22 casos, seguido de Alemania con 20 y de Italia con 17. Los niños menores de dos años ocupan el 65 % del total de niños fallecidos.
En Motorpasión | Soy padre primerizo, y buscando coche he aprendido que no necesitas tanto espacio como tu pareja cree