De vacaciones con la bicicleta en el maletero
Justo a principios de mes estuvimos dando un repaso a las diferentes formas de llevar la bicicleta en el coche de forma legal, pero ¿y si necesitamos que bicicleta y equipaje compartan el maletero sin abatir los respaldos traseros? Es algo que lógicamente no está a la altura de muchos coches pero sí de muchos más de los que pensamos.
Para empezar hay que descartar los coches con un maletero en los que directamente no cabe una bicicleta por mucho que la desmontes. Y también debemos desechar ese mantra que nos obliga a tener un mega-giga-maletero sólo por ser tres o cuatro en casa. Después encontramos que las berlinas con su maletero sin portón nos van a complicar la vida muy mucho y es posible que no nos permitan conseguir nuestro objetivo.
Los coches más prácticos son los monovolúmenes, los SUV y los hatchback de tres y cinco puertas (no necesariamente en ese orden, hay muchos SUV muy poco prácticos). La distribución del espacio útil del maletero y la facilidad de carga que nos permite el portón son las claves. Vale, tenemos uno de estos coches y hemos comprobado que desmontando la bici nos cabe en el maletero y además sobra espacio. Pero ¿cómo lo cargo?
Tienes tres opciones
Tres opciones: Separar la bicicleta de la carga, proteger bicicleta y carga aunque vayan juntas y, por último, bicicleta y carga todo a mogollón. La primera es la mejor, hay coches en los que es posible porque tienen una bandeja separadora de carga que se puede colocar a una altura que nos deja espacio para meter debajo de ésta la bici y encima las maletas o al contrario. ¿Ejemplo? El Honda CR-V.
Si no tienes un CR-V y te vas a encontrar con frecuencia en esta situación mi consejo es que tires de Bricopasión™ y te la hagas tú con unas maderitas cortadas a medida y tapizadas, echas el rato pero lo tienes para siempre. Si no es tu caso y tu bici no va a compartir maletero con el equipaje más de una o dos veces al año, tenemos las otras dos opciones.
La de meter a mogollón bicicleta y equipaje suele tener malas consecuencias. La bicicleta puede estropearse o arañarse y el equipaje puede acabar abollado, marcado o sucio para siempre. Sí, ya sé que tienes una manta vieja con la que puedes envolver la bici y lo que haga falta, pero al final con el movimiento y las vibraciones la cosa suele acabar mal.
La solución intermedia es fácil y económica, una bolsa para proteger la bicicleta y de paso también el equipaje. En las tiendas de bicicletas las tienen y se suelen usar para viajar en avión o barco, pero en el coche juegan un papel más que interesante. La casualidad ha querido que este verano me haya tocado realizar un viaje con la familia, el correspondiente equipaje y la bici. A la familia esta vez decidí meterla en el habitáculo, así que bici y equipaje compartieron un maletero no muy grande.
El adictivo Tetris se me daba bien y creo que ese duro entrenamiento con el videojuego me ha servido de mucho a la hora de cargar maleteros. Hazte una idea: Subaru XV (maletero de 380 litros), cuatro personas, bicicleta de carretera de adulto con su correspondiente equipamiento completo de pies a cabeza (dos vestuarios: calor y mucho calor), zapatillas específicas, casco, herramientas básicas y… equipamiento de camping para cinco días (tienda de campaña grande, colchones, inflador, sillas, mesa, etc).
Salvo dos bolsas de ropa todo entró en el maletero y, por supuesto, ni por asomo me iba a arriesgar a manchar todo de grasa de cadena o arañar mi bici. Así que tocó desempolvar la antigua bolsa de las carreras para acoplar la bici de forma segura para todos. Llave de allen de 5 mm, llave fija del 15 para los pedales y, 4 minutos después, la bicicleta estaba en la bolsa lista para viajar.
En las fotos puedes ver cómo me las apañé aunque la idea de escribir este artículo surgió después del viaje y se trata de una simulación gráfica, la bici no es de carretera sino de montaña con rueda de 24 pulgadas, aunque casi ocupa más ésta que la otra más flaquita. Y no volví a cargar el maletero pero en las fotos se puede ver el espacio disponible.
Llega el momento de acoplarla en el maletero y aquí tenemos que buscarnos la vida en función del coche que tengamos y el equipaje que llevemos. La solución a priori más sencilla es crear una base con el equipaje y colocar la bici encima, ya que ésta suele pesar entre 10 y 15 kilos distribuidos en mucha superficie. Bien colocado no debería dañar nada. Ah! y no estaría de más atarla a un lugar fijo para evitar posibles problemas en caso de accidente.
En mi caso no me cuadraba para nada porque la superficie de carga del XV no es amplia y la bicicleta quedaba excesivamente alta, por encima de la línea de carga y además no contaba con una red separadora. Plan B, colocar la bicicleta de pie pegada al respaldo del asiento trasero. De esta forma no sobresalía por arriba y quedaba suficiente espacio para el equipaje (apretado, no te voy a engañar). Por si las moscas pasé una cincha anclada a las argollas de carga, aunque iba tan a presión que era innecesario.
Conclusión: Viaje de ida y de vuelta con éxito más otro viaje más corto y también exitoso con otro tipo de bicicleta y diferente equipaje. La bolsa cumple, las bicicletas llegaron en perfectas condiciones y también el equipaje. Sí, hay que echar el rato, unos cinco minutos para desmontar y diez para montar (concretamente ruedas, sillín, manillar y pedales, nada complicado), pero te soluciona la papeleta si no puedes o no quieres llevar portabicicletas en un momento dado porque es un viaje muy largo o por diferentes circunstancias.