Existen muchas formas de estafa, y los defraudadores usan técnicas cada vez más sofisticadas para suplantar la identidad de instituciones como la DGT, bancos o empresas a través de canales que usamos a diario como SMS, correo electrónico o Whastapp. Pero otras no requieren más que boli y papel.
En los últimos meses se está empezando a alertar de una estafa en la que la víctima puede caer con relativa facilidad, así que ojo si un día te encuentras tu espejo retrovisor dañado y una nota en el parabrisas.
"Te he roto el espejo, lo siento. Llama a este número"
El modus operandi es bastante sencillo: el estafador deteriora el espejo retrovisor y deja una nota en la que se disculpa y te informa de que ha roto sin querer el espejo. A continuación pide a la víctima que se ponga en contacto a través de un número de teléfono, supuestamente para arreglar el asunto con las correspondientes compañías aseguradoras.
A partir de este punto, si la víctima procede a hacer la llamada pueden ocurrir dos cosas: por un lado que el estafador le pida sus datos personales para acceder a información sensible. Por otro, que te pida que accedas a través de Whatsapp a un enlace que supuestamente pertenece a una compañía aseguradora. Y aquí es donde vienen los problemas.
Este enlace conduce a una página maliciosa diseñada para recopilar datos personales y bancarios que serán utilizados para realizar operaciones no autorizadas. También puede tratarse de un software que permita que otra persona vea lo que estás haciendo en tu móvil. Por ello es muy importante no confiar nunca en terceras personas, no acceder a enlaces sospechosos y contactar directamente con tu banco, compañía aseguradora o cualquier entidad que supuestamente esté tratando de ponerse en contacto contigo.
Hace años que los Mossos d'Esquadra advierten de otro tipo de estafa más fácil de detectar en el que dos delincuentes que conducen un coche con matrícula extranjera dañan a propósito el retrovisor de la víctima y la culpan a ella. A continuación piden con mucha prisa iniciar los trámites y simulan hablar con su compañía de seguros, que en realidad es un compinche que pide al afectado una suma de hasta 1.500 euros por la reparación. Si pica, la víctima llega incluso a sacar el dinero en efectivo para terminar con el asunto.
Desde el Instituto Nacional de Ciberseguridad de España recomiendan que si has sido víctima de fraude o delito interpongas una denuncia ante las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado en cualquier comisaría o a través de sus diferentes portales web. Para ello es importante que recabes toda la información relacionada con el fraude y de forma paralela des aviso a tu banco sobre la situación. Además, está disponible la Línea gratuita de Ayuda en Ciberseguridad de INCIBE: 017, así como canales de mensajería instantánea WhatsApp (900 116 117) y Telegram (@INCIBE017).