Muchos ADAS (sistemas avanzados de ayuda a la conducción) ya son obligatorios en todos los coches nuevos y la mayoría de fabricantes permiten ampliar la lista de asistentes, ya sea de serie o de manera opcional.
El objetivo de estos sistemas es mejorar la seguridad, pero algunos conductores los consideran molestos y prefieren desconectarlos. Fabricantes y organismos de seguridad son conscientes de ello y ahora pretenden conseguir que veamos a los ADAS con otros ojos.
Los pitidos o los avisos de los ADAS son insoportables para algunos conductores
Cuando se extendió el uso del sistema start/stop y la mayoría de coches nuevos pasaron a incorporarlo de serie, también se generalizó la misma costumbre entre muchos conductores: desconectarlo al arrancar su vehículo.
Con el paso de los años nos hemos acostumbrado, pero no son pocos los que siguen desconectando el start/stop cada vez que se suben al coche. Con la expansión de los ADAS (sistemas avanzados de ayuda a la conducción), a muchos se les acumulan las tareas y, además de desconectar el start/stop, desactivan otros sistemas, como el de mantenimiento en el carril o el detector de fatiga.
Generalmente, lo hacen porque consideran que estos sistemas molestan más de lo que ayudan. Hay quien no aguanta los avisos en forma de pitido que emite el coche cuando se pisa una línea en carretera.
Otros no soportan que el coche indique que es el momento de parar a tomar un café o que no se distraiga y preste atención a la conducción, y hay quien no aguanta las correcciones en la dirección para mantener el coche en el centro del carril. Incluso hay quien no aguanta los pitidos de los sensores de aparcamiento. Por otro lado, algunos conductores los consideran demasiado intrusivos y hasta peligrosos.
¿Cuál es la solución para todos ellos? Apagar estos sistemas, si es que el coche permite hacerlo. En algunos modelos es tan sencillo como mantener pulsado un botón, como en muchos BMW y Kia, pero en otros es más complicado y hay que “bucear” en los menús de la pantalla central o del cuadro de instrumentos.
Esta situación no pasa por alto para los fabricantes, para las compañías que desarrollan estos sistemas de asistencia a la conducción y para los organismos de seguridad. Recientemente, el secretario general de Euro NCAP ha hablado de ello y considera que es “una tendencia preocupante”:
“Las soluciones de seguridad se están desarrollando rápidamente, pero por mucho que sea un desafío insistir en que los fabricantes integren las últimas tecnologías de seguridad en los automóviles nuevos, tal vez el verdadero desafío resida en convencer a los consumidores de su necesidad”.
“Existe una tendencia preocupante en los medios y redes sociales que alienta a los conductores a "apagarlos". Euro NCAP está trabajando estrechamente con los fabricantes para minimizar la "contaminación acústica" en el interior del coche y reducir las características "más molestas" de estas tecnologías. La organización está decidida a proporcionar información más clara sobre los beneficios de seguridad de ADAS a los consumidores europeos. Con la introducción de los ADAS, la realidad de cero accidentes es una posibilidad alcanzable”.
Ahora que el uso de estos asistentes se ha generalizado en los coches nuevos, en parte porque algunos pasaron a ser obligatorios hace tiempo (otros lo serán en los próximos años), el nuevo desafío pasa por informar a los conductores y conseguir que vean los ADAS con otros ojos.
Para lograrlo, es fundamental que los fabricantes minimicen el nivel de intrusismo, ya sea directamente en la conducción o en la vida a bordo a través de sonidos, que, por lo general, resultan bastante molestos.
Como señala el responsable de Euro NCAP, los ADAS son fundamentales para tratar de alcanzar el objetivo ‘Vision Cero’ de la Comisión Europea para reducir por completo los siniestros viales con fallecidos para el año 2050.
La expansión de los primeros ADAS se produjo, aproximadamente, entre 2010 y 2015. En ese periodo, en España pasamos de registrar 2.060 muertes en carretera en el año 2010 a 1.689 en el 2015; de 2016 a 2019 hubo un repunte y en los últimos años la cifra bajó hasta las 1.145 personas que fallecieron en 2022.
En parte, los ADAS han ayudado a conseguir estas cifras. Como apunta Autocar, un estudio de la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las carreteras de EEUU señala que los ADAS tienen el potencial de prevenir el 62% de las muertes por accidentes de tráfico cada año.
Sin embargo, si se convierten en un tedioso trámite para desconectarlos cada vez que nos subimos al coche, acabarán siendo inútiles y será complicado conseguir las cero víctimas mortales en carretera para 2050. De ahí que el reto ahora pase por mejorar su funcionamiento para que sean más “amigables” y nadie tenga la necesidad de desconectarlos.