El Bugatti Chiron es uno de los hiperdeportivos más deseados del mundo, pero Bad Bunny se ha cansado pronto del suyo. Así lo ha afirmado en una entrevista el famoso cantante de trap latino. ¿El motivo? La expectación que ha generado el flamante modelo francés en Puerto Rico y el engorro que supone mantenerlo allí.
En octubre, Bad Bunny recibió su superlativo y exclusivo Bugatti Chiron: el artista quería hacer su presentación para la gala de los Latin Grammy 2020 conduciendo un retoño de la firma gala por el famoso puente de Teodoro Moscoso que une San Juan con Isla Verde en Puerto Rico. Pero el asunto ya comenzó con mal pie...
"Lo tengo ahí como si fuera un Corolla"
Y es que, en un primer momento, la intención del bueno de Benito Antonio Martínez Ocasio era alquilar un Chiron, pues lo quería exclusivamente para este fin. Fue entonces cuando se encontró la primera piedra en el camino: "Nadie me quería rentar el carro y enviarlo a Puerto Rico", ha comentado en una entrevista para Molusco TV.
Así, ni corto ni perezoso, el exitoso músico no renunció a su idea y optó por comprarse un Bugatti Chiron. Y no un Chiron cualquiera, sino un 110 ans Bugatti, una edición exclusiva del hiperdeportivo nacida para conmemorar los 110 años de historia del fabricante francés.
Basado en el Chiron Sport, el Bugatti Chiron 110 ans, está limitado a 20 unidades y se distingue por detalles estéticos específicos. El corazón es el mismo que el del Chiron convencional: el poderoso W16 de 8.0 y cuatro turbos que rinde la friolera de 1.500 CV y 1.600 Nm. Y aunque lo vimos presentado en un precioso azul mate, el de Bunny es blanco.
Ocurre que Bad Bunny no es muy aficionado a los coches, como el mismo ha reconocido, y cuando decidió comprarlo no se imaginó que sería objeto de tantas miradas. Pero es que se trata del primer Bugatti Chiron que se pasea en carne y hueso por Puerto Rico. "Jamás pensé que un carro iba a generar tanta polémica y que le iban a tirar tantas fotos".
Para el cantante se convirtió en tarea imposible circular con él y pasar desapercibido: todo el que veía la silueta de su Chiron blanco sabía que en el interior estaba Bad Bunny. Y es que el estratosférico modelo galo fue efectivamente su escudero en la actuación que hizo para los Latin Grammy cuya gala se celebró hace tres semanas.
Y antes de eso, también había calentado motores en su cuenta de Instagram: aprovechando que el Chiron había llegado a sus manos, presumió de él ante el mundo poniendo los dientes largos a sus fans con el adelanto de una de sus nuevas canciones, Dákiti.
Pero más allá de ser foco de todas las miradas cada vez que se pone a sus mandos, Bunny ha explicado que tener este coche en Puerto Rico es un verdadero incordio: "No sé qué hacer con el cabrón del carro. Es un papelón todo: guiarlo, el seguro, los taxes (impuestos)..."
Así, menos de dos meses después de atesorarlo, ha optado por enviarlo a su casa de EE.UU. porque "aquí no lo podía tener". La broma le ha salido por un pico, pues se trata de uno de los automóviles más caros del planeta: en el caso de Norteamérica, su precio supera los tres millones de dólares.
Todo apunta a que su Chiron va a acabar olvidado en su garaje como ha ocurrido con su Lamborghini Urus, el cual mostró con una gruesa capa de polvo en una story en Instagram. Y eso que con el toro fue cosa de amor a primera vista: "Cuando lo vi por primera vez me enamoré de ese coche".
Pero es que a Bunny dista mucho de ser un fan de los automóviles y asegura no ver diferencia alguna entre un coche convencional, poniendo como ejemplo un Toyota Corolla de 2003, y un supderportivo que cuesta millones de euros.
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