Salvo que haya despertado alguien de una hibernación de años, se habrá dado cuenta que en España nos estamos empobreciendo. Si imaginamos una pirámide de riqueza, con los más pobres en la base, y los más ricos en la zona superior... lo cierto es que muchos están bajando de piso.
Eso, obviamente, afecta al dinero disponible para todo, pero aquí nos centraremos en el automóvil. Fruto de la crisis, las ventas de coches y neumáticos usados están aumentando de forma importante, mientras los artículos nuevos pasan momento realmente complicados. Los bolsillos no parecen dar más de sí y hay poca financiación.
Los datos de matriculaciones de coches nuevos en abril dan el primer respiro desde que se subió el IVA al 21%, porque el mes anterior subieron las ventas para esquivar la subida desde el 18%. Siguen siendo muy bajos, de hace un par de décadas más bien. De no ser por el Plan PIVE estaríamos peor.
¿Y qué tal el sector del neumático? Según los datos de Grupo Andrés, en 2012 cayó la venta de neumáticos nuevos un 11,3%, me refiero al mercado de sustitución. No solo es que la gente use menos los coches y haga menos kilómetros, es que los reemplazos se dilatan en el tiempo y la gente apura las ruedas poniendo en peligro su seguridad.
En la parada de cualquier semáforo, un ojo entrenado verá neumáticos montados en turismos (de casi cualquier precio) de marcas que no había visto en su vida. Yo mismo me sorprendo cuando veo marcas que no deben conocer ni quienes las fabrican. ¿Cuál es el truco? Piensa mal y acertarás: son baratas.
Las marcas líderes, que están muy por encima en tecnología y balance de prestaciones, tienen menos ventas. No solo han de competir con ruedas baratas y calidades inferiores, también con sus propios neumáticos en el mercado de ocasión.
¿Competencia desleal?
Nadie en el sector debe estar sorprendido si se venden casi cuatro coches usados por cada uno nuevo. Si hay menos poder adquisitivo o inseguridad laboral, es normal que se disparen las ventas entre particulares, en VO e incluso en la puñetera calle. Aquí nos arrimamos al terreno de la venta ilegal.
Hace un par de años tuve una conversación con un vendedor profesional en Alicante, comentando la situación de la venta ilegal. Él tenía que pagar impuestos, seguros, dar garantía y demás obligaciones legales. En un descampado cercano se vendían chatarrillas sin declarar impuestos, sin seguros y con garantías prácticamente inexistentes.
Contra eso no se puede competir. Un vendedor profesional necesita una exposición, tener empleados, pagar luz, revisar los coches... Un pirata que no paga por nada y hace las transacciones en black tiene las de ganar mientras no le pillen. No todo es cambiar el coche de nombre, vaya.
Cierto es que entre particulares, no se pagan impuestos por vender un coche, salvo el ITP, y abonar las tasas en tráfico por el cambio de nombre. Pero si ese particular realiza la actividad con ánimo de lucro y no informa a Hacienda de ello, ni cotiza a la seguridad social, la cosa cambia bastante.
Varios ayuntamientos prohíben la compraventa en la calle por ordenanza, incluso tener coches aparcados con carteles de "se vende". A lo largo de nuestro especial de "vender el coche por Internet":https://www.motorpasion.com/tag/especial-vender-el-coche-por-internet veremos estas cuestiones en mayor detalle.
Lo más probable es que los vendedores piratas no tengan idea de la vida que ha tenido el coche, ni demuestren que ha recibido el mantenimiento adecuado. Comprar de esta forma es una completa lotería, puede no pasar nada o que nos llevemos un premio "gordo". Luego a reclamar, y... suerte.
Segunda vida para los neumáticos, ¿y la primera vida?
En neumáticos no podemos hablar tanto de venta ilegal. La compraventa de neumáticos usados es lícita (cumpliendo con las obligaciones de turno) aunque no inspira la misma confianza. Un neumático nuevo lo estrenamos nosotros, pero uno usado no, y desconocemos el uso que ha tenido, solo que nuestra seguridad va en ello.
Un vendedor de ruedas usadas puede poner todo su empeño en medir dibujo, comprobar que el desgaste no es irregular, que no hay grietas, cerciorarse de que no hay bollos e incluso ofrecer garantía a sus clientes. Lo que nadie puede discutir es que un neumático nuevo (quitando los primeros kilómetros) siempre va a ser más seguro.
Podemos comprender que, viendo un presupuesto de 150-300 euros por una pareja de neumáticos salgamos corriendo y que hacerlo por la mitad o la tercera parte sea más atractivo para el castigado bolsillo. Está por ver la incidencia en la seguridad vial que tendrá esta caída cualitativa del mercado de sustitución.
Dato para reflexionar: España ya importa más ruedas de las que exporta, la mayoría vienen de Alemania. A los puntos de reciclaje el 90% de los neumáticos que llegan ya no son aptos para volver a venderse.
Os pondré un ejemplo cercano, una de mis vecinas. Tiene una Renault Scénic RX4 (4x4) con las cuatro ruedas no de multa, sino más allá. Van peladas. Cada vez que la veo montar a sus dos hijos y salir de la calle me da un tic nervioso adicional. No es ni mucho menos la única.
Llamadme entrometido asqueroso, pero le dejé una tarjeta de un vendedor de neumáticos usados que me encontré una hora antes en el suelo. Es preferible que se ponga unas ruedas usadas que tengan más dibujo que sus slicks, partiendo de la suposición de que no cambia las ruedas por estar tiesa de ingresos.
¿Cómo atajar esto? Difícil solución, ¿debe ir la Guardia Civil parando coches en masa y poniendo cepos a quien circule en esas condiciones? Pues igual deberían. No solamente corren riesgo ellos, sino cualquiera que se encuentre en su superior distancia de frenado, que cruce una calle o que comparta curva en sentidos opuestos.
Por favor, comentadnos si habéis tenido una experiencia de este tipo (buena o mala), si lo haríais en un momento de necesidad... las aportaciones son bienvenidas.
Fotografía | Gonmi, Claudio Lobos, Steve Snodgrass
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