Tras ocho años utilizando el actual chasis utilizado cuando el campeonato aún se denominaba IRL, para 2012, la IndyCar Series decidió que ya era hora de cambiar. Para ello, creó un concurso en el que diferentes fabricantes pudieron mostrar sus ideas bajo las premisas impuestas por los organizadores. El nuevo monoplaza de las IndyCar Series tenía que ser seguro, que favorezca los adelantamientos, moderno, con espacio para publicidad, de costes contenidos, fabricado en USA, verde, con capacidad de adaptación a circuitos ovales y ruteros.
Tras las propuestas de Dallara, Lola, Swift Engineering y la revolucionaria de Delta Wing, el fabricante italiano (y padre de los actuales chasis) ganó la batalla. Pero la gran sorpresa no fue que Dallara construiría el nuevo chasis, sino que otros fabricantes y equipos podrían desarrollar sus propios paquetes aerodinámicos. Entre ellos, algún equipo europeo ya ha mostrado su interés. De momento y por motivos económicos, esta última idea se ha pospuesto para 2013, pero no nos quedaremos sin novedades.
Esta misma semana, Dallara ha presentado el monoplaza de las IndyCar Series para la próxima temporada y lo ha hecho con las dos opciones aerodinámicas disponibles (las que utilizarán los equipos por lo menos hasta 2013). Y si algo podemos decir, es que los dos paquetes, para circuitos ruteros y ovales, no dejan indiferente a nadie.
El “Batmóvil” que se utilizará en la Indy500 entre otras citas cuenta las ruedas trasera carenadas, una nariz muy afilada, una aleta de tiburón prominente y un perfil estilizado a más no poder. Por su parte, la versión rutera guarda ciertas semejanzas con los monoplazas de la actual Fórmula 1, aunque sólo sean conceptos de la máxima categoría aplicados a la competición norteamericana. Cualquier parecido es pura ficción.