250 millones de euros es el capital que Volkswagen invertirá en la planta de Kaluga, en Rusia, que abrió en el año 2007 y que actualmente produce un total de 125.000 unidades de los modelos Volkswagen Tiguan, Volkswagen Polo, Škoda Octavia y Škoda Fabia. A partir de 2015 la factoría, que queda a 170 km de Moscú, fabricará también 600 unidades anuales diarias del motor 1.6 TFSI.
Dentro de los mercados emergentes, Rusia es un caramelo que nadie va a dejar escapar, ya que en aquel país se prevé un aumento en las ventas de 3,4 millones de unidades para 2014. Por eso, la maniobra de Volkswagen no sorprende. Es lógico que la marca, que se está haciendo omnipresente, haga crecer su presencia en la zona. De hecho, en esta línea los de Wolfsburgo tienen suscrito un acuerdo con el fabricante local GAZ, que pertenece a un multimillonario llamado Oleg Deripaska.
En virtud de este acuerdo de colaboración, GAZ fabricará en su planta de Nizhny Nóvgorod, a 418 km de Moscú, 110.000 unidades anuales de Volkswagen y Škoda. De ellos, ya se ha dado a conocer la identidad de su primer hijo germano-ruso: el Škoda Yeti, que verá la luz este mismo año. La rusización de Alemania, o el alemanamiento de Rusia, según se mire, es ya un hecho consumado.
Fuente | Automotive News