Después del parón de 2020 debido a la pandemia, la industria del automóvil tiene que lidiar este 2021 con la falta de semiconductores, que limita su producción de coches, y con unos precios del transporte marítimo que parecen subir sin parar. ¿Alguna otra crisis? Claro, para 2022 las marcas de coches y sus proveedores tendrán que ingeniárselas como sea para conseguir magnesio.
La escasez mundial de magnesio podría provocar un parón casi total de la industria automovilística que, según los expertos, podría incluso producirse a finales de este año. El magnesio, apenas se usa de forma directa en el automóvil (arde con facilidad), pero entra en la composición de otro material ampliamente utilizado en esta industria, el aluminio.
Así, la creciente escasez de materias primas esenciales para el aluminio utilizado en la fabricación de automóviles amenaza con agravar una situación ya bastante tensa por la falta de oferta.
No hablamos aquí solo de modelos exclusivos con un chasis o una carrocería completa de aluminio, como pueden ser algunos modelos de Audi o Tesla. Algo tan sencillo como una llanta de aleación o un disco de freno tienen magnesio en su composición, por no hablar de muchos motores que cuando no tienen un bloque de aluminio, tienen una culata de aluminio.
"El 35% de la demanda de magnesio es de chapa de automóvil, así que si el suministro de magnesio se detiene, toda la industria del automóvil se verá potencialmente obligada a parar", explica el analista de Barclays, Amos Fletcher, en un informe citado por el Financial Times.
Recordemos que la industria de la fabricación del automóvil en Europa da trabajo directo a 2,6 millones de personas y que en su totalidad, el automóvil da trabajo de forma indirecta a otras 10 millones de personas en Europa.
Los stocks de magnesio en Europa se están agotando y se vislumbra una escasez debido a la falta de suministros de China, asegura la asociación de productores de metales de Alemania, la WVM. Y avisa que "se espera que las actuales existencias de magnesio en Alemania y en toda Europa se agoten a finales de noviembre de 2021".
Y no es solo en Europa. Alcoa, el mayor fabricante mundial de aluminio, ha visto como algunos de sus proveedores en Estados Unidos han dejado de entregar las materias primas invocando las cláusulas de fuerza mayor. Estas cláusulas permiten a los proveedores suspender las entregas por circunstancias ajenas a su voluntad sin verse penalizados.
Empresas como Matalco, ya han avisado a sus clientes que no han conseguido comprar todo el magnesio que necesitan para 2022. La consecuencia es que reducirá su producción e implantará un racionamiento de las entregas.
China ha cerrado el grifo del magnesio
¿Por qué no hay magnesio? Sencillamente porque el mayor proveedor mundial de magnesio, China, ha cerrado el grifo. Y el gigante asiático, debido a su crisis energética, ha visto como los costes del sector siderúrgico, enorme consumidor de energía, se disparaban. Para compensar esos costes, el precio al que se venden los metales y las materias primas debe ser más alto. Y la mejor manera de vender más caro es limitar la oferta.
Así, China ha limitado sus exportaciones de magnesio. Y todo apunta que va a hacer lo mismo con el abastecimiento del silicio. Es otro mineral imprescindible para la industria del automóvil, pues entra en la composición de una multitud de elementos fabricados con aleación de metales, como las llantas o un brazo de suspensión.
Pero si China no quiere producir más magnesio, ¿se podría hacer en Europa? Se podía, ya no. Al menos no a corto plazo. Como recuerda la WVM, ya no se produce de forma significativa magnesio en Europa desde 2001. Según sus cálculos, el 95 % del magnesio que necesita Europa es importado de China.
No es de extrañar, por tanto que la WVM haya pedido al gobierno alemán que inicie conversaciones con China para aumentar el suministro de magnesio a Europa, y también pidió a Alemania que presione a la Unión Europea para que la producción de magnesio vuelva a Europa.
Y es que no es solo una cuestión que podría afectar al automóvil. El aluminio lo encontramos en la construcción, en la aeronáutica y en prácticamente cualquier producto manufacturado con algo de metal.
Como recuerda Hanns Günther Hilpert, jefe de la División de Investigación sobre Asia del think tank alemán de SWP, "China ha desarrollado estratégicamente la minería y el procesamiento. [...] Hoy en día lo importante es la Bolsa de Metales de Shanghái, no la de Londres".
Y ahora que Europa quiere fabricar en su suelo las baterías de los coches eléctricos, estaría bien recordar que el control de las 30 materias primas consideradas críticas por la Unión Europea, como lo son las tierras raras, está en manos de China. En concreto, el 45 % de esas materias primas críticas proceden de China.
Después de esta crisis de suministros de magnesio y probablemente de silicio, no descartaría una crisis de las tierras raras. Como dijo Deng Xiaoping en 1987: "Oriente Medio tiene petróleo, China tiene tierras raras". Qué impide China actuar como la OPEC con el petróleo y usarlo como herramienta de política internacional para sus propios intereses.
La pandemia puso de manifiesto la dependencia de Europa hacia China en cuanto a determinados productos, como la electrónica de consumo. Pero en esta postpandemia se está haciendo muy evidente la dependencia general que tenemos de China.
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