Tras meses de investigación, la Unión Europea decidió la imposición de aranceles a los coches eléctricos importados de China: se comenzarán a aplicar desde hoy 5 de julio, aunque de manera provisional. Esta medida busca proteger la industria europea al considerar que los cero emisiones de la República Popular son "artificialmente baratos" gracias a disfrutar de subsidios gubernamentales.
Para el comprador europeo se traduce en que estos coches llegados desde China serán más caros. Pero la medida también puede ser un tiro en el pie para la industria europea, por las posibles represalias desde el país asiático en esta nueva guerra comercial, pero también porque hay firmas europeas que fabrican allí.
Así son los nuevos aranceles que subirán de precio los coches eléctricos importados desde China
Hasta hoy, los coches eléctricos importados desde China estaban gravados al 10%. Este arancel se mantiene pero ahora se sumarán los nuevos "derechos compensatorios" que varían según ha estimado el gobierno europeo cuanto se beneficia cada marca de los subsidios gubernamentales chinos. De los inicialmente propuestos a los que ahora se aplicarán, Europa los ha rebajado ligeramente:
- BYD: 17,4% (+27,4 %)
- Geely: 19,9% (+29,9 %)
- SAIC: 37,6 % (+47,6 %)
Además, a las empresas que se considere que han colaborado en la investigación se les aplicará un 20,8 % de derecho compensatorio (+30,8%) y a las que no un 37,6 %, que se traduce en un 47,6 %.
Por otro lado, a firmas europeas que fabrican en China también se les aplicara penalizaciones en modelos que se exportan a Europa desde la República Popular. Es el caso por ejemplo de Volvo con el EX30 o de los modelos MINI y Smart, que pertenecen a BMW y Daimler (Mercedes-Benz). También a Tesla, que importa parte de su producción a Europa.
Desde el gobierno comunitario defienden que no se trata de un castigo a China, sino una manera de poder jugar en las mismas condiciones en lo que respecta al precio de los coches. Pero en todo caso, estos derechos compensatorios que se aplican desde hoy no son definitivos.
Primero en las próximas semanas los países miembros de la UE harán una votación preliminar para apoyar o no estos aranceles provisionales. Además, las marcas chinas y las que fabrican allí podrán presentar alegaciones sobre esta medida aún temporal.
Las medidas definitivas, y su aplicación, se decidirá entre septiembre y octubre, teniendo como margen hasta el 4 de noviembre, como tarde, momento en el que el Consejo Europeo deberá haberlas aprobado. Para revocarlas se necesitaría una mayoría cualificada: que al menos 15 países que representen el 65 % de la población europea den su voto negativo. Europa ha elevado este porcentaje para dificultar que se anulen.
Por otro lado, la medida también necesita el visto bueno de la la Organización Mundial del Comercio, que debe determinar cumple con las normas de competencia y libre comercio.
Además, ahora los fabricantes afectados deben garantizar que podrán pagar estos nuevos aranceles en sus exportaciones a Europa. Y por otro lado aún está por determinar si los eléctricos chinos importados han afectado negativamente al mercado de coches europeo.
¿Cómo nos va a afectar la medida?
La gran pregunta. Primero de cara al comprador, la imposición de estos aranceles se traducirá en que los coches eléctricos importados desde China serán más caros.
Por ejemplo el MG 4 Electric pasará a costar cerca 12.000 euros más al aplicarse la tasa máxima. Y el Volvo EX30 será casi 7.000 euros más caro (+30,8 %). El MG4 es el coche de esta marca china que más se vende en España y su precio, sin aplicar descuentos, arranca en 35.190 euros.
Esto implica un mayor desembolso en un mercado en el que se exigen coches más baratos, sobre todo eléctricos que en su mayoría arrancan cercanos a los 40.000 euros. Pero en teoría beneficiará a los modelos europeos eléctricos de nueva era de precio más bajo, como el Citroën ë-C3, el Opel Frontera Electric o Renault 5 E-Tech. Estos coches bajan de los 25.000 euros, o lo rondan.
La buena noticia es que algunos fabricantes ya han confirmado que no elevarán los precios de sus modelos de momento, a la espera de los aranceles definitivos. Es el caso de NIO, MG o Dacia, ya que el Spring se fabrica en China igualmente.
Por otro lado, queda por ver qué respuestas adopta China. La República Popular ya ha amenazado con aplicar aranceles más elevados a los coches de gasolina más potentes que se importan allí desde Europa. Esto afectaría esencialmente a las marcas alemanas, como BMW, Porsche o Mercedes-Benz. De ahí que Alemania sea uno de los países que se ha mostrado contario a la imposición de estos derechos compensatorios.
También se teme que la República Popular eleve el precio de componentes, como por ejemplo las baterías: China controla la mayor parte del suministro de materias primas para su fabricación, así como la confección de las propias baterías.
Más allá del automóvil, el gobierno chino está estudiando si penaliza otras importantes importaciones desde Europa. El Ejecutivo asiático ha abierto una investigación antidumping de la carne de cerdo. La industria cárnica europea señala una enorme debacle si China decide prohibir o restringir las exportaciones, que afectaría sobre todo a España ya que es el principal exportador. Lo mismo ocurre con otros productos de consumo el coñac o el vino que se exporta allí desde Francia.
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