En Motorpasión solemos hablar bastante de conducción autónoma. Es inevitable, los fabricantes han decidido ir por ese camino y al parecer, como automovilistas y consumidores, no nos queda otra. Pero la revolución del automóvil no es solo cómo se conducirán o dejarán de conducir los coches del futuro sino como se fabricarán. Y sí, eso pasa por una mayor presencia de robots en las fábricas realizando tareas hasta ahora que sólo un ser humano podía ejercer.
El Centro Tecnológico de Automoción de Galicia (CTAG) ha ideado un robot colaborativo, a petición del Grupo PSA, capaz de controlar la calidad de las piezas de un vehículo. De cualquier pieza y en cualquier sitio de la línea de montaje.
Este inspector de calidades es una brazo robótico equipado con una cámara. Es uno de los retos que planteó PSA al CTAG para su fábrica 4.0 de Vigo, la que se encarga, entre otros modelos, de la fabricación del trío de Ludospace sobre la plataforma EMP2: los Citroën Berlingo, Peugeot Rifter y Opel Combo.
El robot desarrollado por el CTAG y actualmente en fase de prueba es un robot colaborativo. Es decir, son robots capaces de funcionar junto a humanos y que empiezan a realizar tareas en las que deben adaptarse a la situación, algo que hasta ahora sólo podían hacer humanos. Y es exactamente lo que hace este brazo robótico. Es capaz de escanear cualquier pieza y comprobar en tres dimensiones si se ajusta al patrón o a las tolerancias de referencia que le han dado.
En su funcionamiento, recuerda a los robots de la Danesa Universal Robots AS (URAS). Para la histórica fábrica de motores de Renault en Cléon (Francia), URAS ideó unos brazos robóticos que atornillan los elementos del motor en zonas en las que un ser humano no llega. Además, el robot verifica que la tuerca esté apretada con la tensión correcta y que se usan los componentes adecuados para la fabricación del motor.
Un robot colaborativo único
Y aún siendo un robot colaborativo, éste sigue estando limitado a una tarea específica en un puesto específico de la línea de montaje. Varía el tipo de motor que ensambla y por ende sus componentes, pero la tarea es la misma. Sin embargo, en el caso del robot del CTAG, éste puede moverse por toda la planta y ni siquiera hace falta que le enseñan la pieza en una posición concreta. Ya se adapta él.
«No hay nada igual en el mercado», asegura Víctor Alonso, responsable de procesos avanzados y fábrica del futuro del CTAG en declaraciones a La Voz de Galicia, mientras que para el director de la planta de PSA, Frédéric Puech, «la idea es que el nuevo robot pueda ser manejado por cualquier persona desde un ordenador, una tableta o incluso un teléfono móvil, y pueda desplazarse por toda la fábrica acompañando al operario».
Nota: La imagen utilizada en apertura no guarda relación directa con el CTAG y su robot para PSA, es meramente ilustrativa.