La salida del CEO de Nissan, Hiroto Saikawa, forma parte del plan de contingencia del fabricante nipón ante tiempos turbulentos. Hace tiempo que anunció que estaba buscando un sucesor para abandonar el navío, y ya hay fecha para el desembarco. Será a partir del 16 de septiembre cuando el director de operaciones de la compañía, Yasuhiro Yamauchi, empiece a ejercer como CEO interino.
Hasta que designen, finalmente, a un jefe a tiempo completo que recibirá un encargo envenenado: reactivar unas ganancias operativas en caída libre, apuntalar el gobierno interno y lo más importante, reparar los lazos con su socio Renault.
La mano derecha de Ghosn se despide
Según ha informado Automotive News Europe, será a finales de octubre cuando se nombre a un sucesor para Saikawa, recientemente acusado de pagos indebidos que salieron a la luz durante la investigación de Carlos Ghosn.
El alcance de la investigación se ha ampliado gradualmente con el paso del tiempo para incluir una sobre el uso de Saikawa de un programa de incentivos ejecutivos. Se sospechó que el consejero delegado se había beneficiado de forma indebida de miedo millón de dólares, aunque la auditoría interna concluyó que las acciones de Saikawa no eran ilegales, en parte porque los investigadores estaban convencidos de que no tenía intención de actuar deliberadamente de forma ilícita.
Saikawa, conocido como la mano derecha de Ghosn pero muy crítico con él tras el escándalo, anunció hace tiempo que devolvería cualquier ganancia extra a Nissan, ha negado estar al tanto de los pagos indebidos y ha expresado su disposición a renunciar, a pesar de no haber conseguido estabilizar la compañía.
"Estamos viendo muchas repercusiones de lo que hicimos en el pasado", ha dicho Saikawa. "No pude terminar todo, y expreso mis disculpas por renunciar mientras las cosas aún no se han hecho".
El proceso de selección de candidatos empezó en julio, y Nissan cuenta con una lista de 10 posibles sucesores.
Desde el arresto del presidente Carlos Ghosn hace casi un año, Nissan se ha sumido en una crisis permanente, y los lazos con el socio de la alianza francesa Renault se han debilitado hasta el punto de entorpecer una posible fusión con Fiat (aunque el Gobierno francés puso de su parte).
Ahora Nissan se enfrenta a ganancias operativas en caída libre, la pérdida de terreno en Estados Unidos y un recorte de la producción y de la mano de obra. Pero la salida de Saikawa es el comienzo del fin definitivo de la era Ghosn y puede que el acercamiento con su socio estratégico.