Lynk & Co presentó su SUV 02 ante Europa en una nave industrial en Ámsterdam más preparada para una fiesta del futuro que para la puesta de largo de un coche. Esta joven marca china -perteneciente a Volvo y a Geely- confirmo allí que sus todocaminos superventas se fabricarían en Gante, Bélgica, a finales de 2019.
Pero la incertidumbre macroeconómica ha obligado a Volvo a posponer los planes, según ha comunicado un portavoz de Geely. En resumen: la guerra comercial entre China y Estados Unidos continúa haciendo estragos.
La "incertidumbre macroeconómica" obliga a trazar un nuevo plan
"La decisión de revisar los planes de fabricación de Lynk & Co se tomó debido a una mayor incertidumbre macroeconómica, y Volvo ha estudiado la mejor manera de utilizar la infraestructura de producción global del grupo", ha dicho el portavoz en declaraciones recogidas por Reuters.
Según Volvo, los cambios no van a impactar en los puestos de trabajo de la fábrica en Gante; en lugar de fabricarse en Europa, se exportarán desde China hasta el viejo continente el año que viene.
La joven marca asiática ya tiene en su portfolio tres productos: el Lynk & Co 02, al que precede el 01 -se agotó en 2 minutos y 17 segundos online- y el concept 03, que, 'sorprendentemente', no es un SUV, sino un sedán.
En noviembre de 2017 comenzó las ventas en China y tiene objetivos realistas, dado el éxito desmesurado del crossover 01 en el país asiático. Apunta así a vender 500.000 unidades al año para 2021; la mitad en China, 125.000 en Europa y otros 125.000 en Estados Unidos.
Donald Trump vs Xi Jinping: un pulso que debería resolverse en el G20
La guerra arancelaria entre las dos superpotencias ha provocado que la firma sueca elija bien dónde fabricar sus modelos. De momento, Volvo fabricará el S60 en China a partir del año que viene, cambiando el plan original de fabricarlo en Carolina del Sur, Estados Unidos y exportarlo a China.
Recordemos que la de Charleston, Carolina del Sur, fue la primera fábrica en suelo estadounidense de Volvo, y ya desde su inauguración el CEO de la firma, Hakan Samuelsson, se mostró muy preocupado por los aranceles en el aluminio y el acero y sobre todo, por el aumento de las tasas arancelarias en la importación de coches.
Trump impuso un arancel adicional del 25 % sobre bienes chinos por un valor de 50.000 millones de dólares, y un arancel adicional del 10 % sobre bienes por otros 200.000 millones de dólares. Y China ha respondido con 110.000 millones en aranceles a bienes procedentes de Estados Unidos.
Ahora se espera que tanto el presidente de Estados Unidos como su homólogo chino, Xi Jinping, lleguen a un acuerdo en la próxima cumbre del G20 que comenzará el día 30 de noviembre en Buenos Aires.
China se muestra abierta a dialogar y espera que las tensiones comerciales terminen, aunque sabemos que las decisiones del presidente republicano son imprevisibles. Puede que se convierta en una guerra permanente.