Un segundo puesto partiendo desde la séptima posición era algo que seguramente habría firmado Fernando Alonso antes del arranque del Gran Premio de Singapur de Fórmula 1. Tras el Red Bull de Sebastian Vettel, el Ferrari fue el mejor coche de la parrilla compartiendo honores porque todo hay que decirlo con el Lotus de Kimi Räikkönen que partía desde la décima posición.
Fernando Alonso empezó con una nueva demostración de cómo se sale en un gran premio y más cuando el arranque es fundamental en una carrera que casi no tiene zonas claras de adelantamiento. Se merendó a Felipe Massa, Lewis Hamilton, Mark Webber y en última instancia a Romain Grosjean. Todo ello antes de que hubiese acabado de trazar la enlazada de la curva 1-2.
En tercera posición tras Nico Rosberg estaba claro que el ritmo del Ferrari no era suficiente para cazar al Mercedes pero tampoco para que le diese caza a él Mark Webber o Romain Grosjean. Lo intentó en estrategia con la primera parada, pero su vuelta a pista detrás de Paul di Resta hipotecaba sus opciones de pasar al alemán.
La salida del Safety Car fue una demostración de magnífica estrategia por parte de Ferrari. Boxes, salir con duros en quinta posición aunque el primero con ruedas frescas y a esperar que estas gomas viendo la baja degradación de las blandas durasen hasta el final. Algo que sería más fácil con otro Safety Car.
Al final no lo hubo pero si se demostró lo acertada de esta decisión. Kimi Räikkönen que también hizo la misma estrategia se alzaba a la tercera posición demostrando que sin el Red Bull volador de Sebastian Vettel la victoria habría estado bastante reñida.
¿Podía haber hecho más Fernando Alonso hoy? No. Su carrera ha sido completamente impecable de inicio a fin y no hay más remedio que felicitarle por su pódium.
