Después de la pretemporada de 2019 que se celebró en el circuito de Montmeló todo el mundo de la Fórmula 1 estaba convencido de que éste iba a ser el año del cambio. Ferrari había dominado a Mercedes y al resto de la parrilla, así que el dominio plateado en la era híbrida estaba cerca de terminar.
Ocho meses después de aquello, Mercedes ya es matemáticamente campeona de pilotos y equipos. Han ganado trece carreras de 18, entre ellas las ocho primeras de forma consecutiva. Y es que desde China, o como muy tarde desde Montmeló, quedó claro que el Mercedes era superior. Pero aún así, el devenir de la temporada 2019 pudo ser bien distinto sin los errores de Ferrari.
En México otra estrategia nefasta tiñó de plata una victoria que era roja
Y es que entre fallos mecánicos, desastres estratégicos y errores de los pilotos Ferrari ha perdido hasta ocho carreras que tenían ganadas en este 2019. La mayoría de ellas con Charles Leclerc, quien de haber maximizado sus oportunidad podría estar todavía con alguna opción matemática de ser campeón del mundo en su primer año con Ferrari.
La primera pifia llegó en Baréin, en la segunda carrera. Ferrari dominó por completo el fin de semana, pero el motor eléctrico de Leclerc falló a pocas vueltas del final cuando iba líder destacado. Para colmo, Sebastian Vettel se vio superado por Lewis Hamilton con un coche inferior, y terminó trompeando impotente ante el adelantamiento de su rival. Lo que era un doblete de manual terminó siendo un tercer y quinto puesto, y gracias a que un Safety Car paró antes la carrera.
Un mes después en Azerbaiyán quien falló fue Leclerc. Venía dominando a placer todo el fin de semana, pero su ambición superó a su talento y se estrelló durante la Q2 de la clasificación, sin nada en juego ya que su pase a la Q3 estaba asegurado. Tuvo que salir octavo y ya le fue imposible cazar a unos Mercedes que sí tuvieron más ritmo que Vettel.
En Mónaco nos quedamos sin ver el ritmo de Leclerc por otra pifia de Ferrari en boxes durante la clasificación, pero no contaría como victoria regalada como sí lo fue la polémica carrera de Canadá, en la que Sebastian Vettel pasó primero por meta pero la victoria fue para Hamilton. Al alemán le sancionaron de forma muy rigurosa por reincorporarse de forma peligrosa a pista tras un error.
También sería discutible de quien fue la culpa de perder el Gran Premio de Austria, pero lo cierto es que Ferrari no lo ganó después de haber dominado todas las sesiones y todas las vueltas de carrera. Max Verstappen alcanzó a Leclerc en los últimos giros y a base de coraje consiguió adelantar al sophomore de Ferrari, que además llevaba gomas más viejas.
Parecía que la primera victoria podía llegar en Hockenheim, donde los Ferrari volvían a ser los más rápidos, pero ambos coches se averiaron durante la clasificación. Leclerc tuvo que salir décimo, pero la lluvia de carrera le permitió remontar hasta volver a luchar por la victoria. Entonces cometió un error de pilotaje que le mandó contra el muro. Vettel remontó desde la cola pero solo fue segundo.
Tras todo esto llegaron las victorias en Bélgica, Italia y Singapur. Parecía que Ferrari había aprendido a ganar carreras y los más soñadores todavía fantaseaban con quitarle el título in extremis a Mercedes. Pero todo volvió a su cauce en Rusia. Una estrategia sin sentido terminó con Leclerc fuera de posición y Vettel desobedeciendo órdenes y averiado. Otro doblete que tenían hecho regalado a Mercedes.
En Suzuka los Ferrari comenzaron muy bien el superdomingo, incluso en un circuito que no se les adaptaba. Otro doblete en la parrilla de salida, y otro regalo más. Vettel se adelantó al semáforo y Leclerc hizo una salida pésima. Bottas los adelantó a ambos y para colmo el monegasco se llevó por delante a Verstappen, yéndose a la cola del pelotón.
"Still I Rise"
— Formula 1 (@F1) October 27, 2019
How about THAT for a podium entrance!#MexicoGP 🇲🇽 #F1 pic.twitter.com/9u7QaeOveP
El colofón, de momento, ha sido en México. La historia es la misma de las últimas carreras. Primera fila de rojo, esta vez por un regalo de Verstappen, y desastre estratégico que lo manda todo al garete. Ferrari se empeñó en que Leclerc hiciese dos paradas y Vettel simplemente no tuvo ritmo para detener a Hamilton, que solo cambió de gomas una vez. Título casi sentenciado para el inglés.
120 puntos perdidos que dejarían a Leclerc casi empatado con Hamilton
Hacer cábalas sobre ocho carreras puede parecer Fórmula 1 ficción, pero también es algo necesario en una temporada tan pésima por parte de todos los componentes de Ferrari. Sumando los puntos que habría ganado Charles Leclerc sin esta serie de catastróficas desdichas y restando los que habría dejado de ganar Lewis Hamilton nos sale que la cosa estaría al rojo vivo.
Concretamente, Leclerc estaría unos 120 puntos más cerca de Lewis Hamilton de lo que está, lo que le dejaría aproximadamente a siete puntos del Mercedes. Y eso sin computar el mencionado Gran Premio de Mónaco en el que tuvo que salir último por un problema que se pueden repartir a medias entre Leclerc y el equipo.
Si Ferrari hubiese estado en un nivel de acierto similar al de Mercedes seguramente estaríamos ante un campeonato al rojo vivo, con Leclerc y Hamilton pugnando por el título hasta la última carrera. En cambio, todo hace indicar que el piloto de Mercedes será campeón el próximo fin de semana en Austin, donde le basta con terminar octavo.
Ahora es el momento de sacar conclusiones positivas. En cuestión de ritmo, de pura velocidad, Ferrari no ha estado tan lejos de Mercedes como indica la clasificación de 2019. Ahora queda un largo invierno por delante para que en Maranello pulan detalles, definan roles dentro del equipo y se lancen en 2020 a impedir el pleno de títulos de Mercedes en la era híbrida. Velocidad no falta.
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