Todos conocemos el prolijo sistema de formación de jóvenes pilotos de Red Bull, el Red Bull Junior Team. La marca de bebidas energéticas tiene el mejor Junior Team que hay ahora mismo en el mundo de la competición, pero también es el más cruel. Cuando el equipo pone sus ojos en ti puedes estar seguro que tus siguientes pasos en la competición estarán cubiertos por el dinero y por los mejores equipos, aunque tu capacidad de decisión será mínima. Helmut Marko, director del Red Bull Junior Team, el elegido de escoger cada paso de sus pilotos. Así lo hizo con Sebastian Vettel o Jaime Alguersuari y lo está haciendo con la última perla del automovilismo español, Carlos Sainz Jr.
A partir de ahí, para los pilotos es un sueño ya que tan sólo tienen que centrarse en pilotar y conseguir los mejores resultados posibles. Esto último es fundamental si quieres seguir ascendiendo. El programa tiene varios escalones, Formula Renault 2.0, F3 Británica, Fórmula Renault 3.5, pero según se va ascendiendo, las plazas se reducen ya que a la máxima categoría, la Fórmula 1, tan sólo pueden llegar cuatro. Siendo más concretos, tan sólo puede haber cuatro, como máximo.
No todos son Sebastian Vettel
Sebastian Vettel es el mejor ejemplo de lo que se puede llegar con una carrera totalmente planificada. Lo mismo podrían decir Daniel Ricciardo o Jean-Eric Vergne pero del mismo modo que hay triunfadores, hay muchos que han recibido la patada, como el español Jaime Alguersuari, o que incluso se han quedado por el camino. Es uno de estos últimos el que nos trae a estas líneas, Jean-Karl Vernay. El piloto francés fue piloto del Red Bull Junior Team durante dos temporadas, de 2007 a 2008, y tras no cosechar los resultados deseados por Red Bull tuvo que salir por la puerta de atrás.
El piloto francés llegó al Red Bull Junior Team tras ser subcampeón de la Fórmula Renault 2.0 en su temporada de debut en 2006. Los buenos resultados cosechados le hicieron ganarse uno de esos deseados asientos dando el salto a uno de los campeonatos de formación más importantes del viejo continente, la F3 Euro Series. Tras tres temporadas en las que tuvo que enfrentarse a pilotos de la talla de Romain Grosjean, Nico Hülkenberg o Jules Bianchi, los resultados no llegaron, Vernay se quedó sin apoyo y a priori sin un futuro claro.
El sueño americano
Pero lejos de amedrentarse, Jean-Karl Vernay decidió cruzar el salto y tratar de labrarse una carrera en los Estados Unidos. Un mercado en el que la calidad de los pilotos europeos siempre ha tenido cabida. El primer paso se cumplió y además lo hizo en su primera temporada, el francés se alzó con el título de las Indy Lights Series, la categoría previa a la IndyCar Series. A pesar de la vitola de campeón, la ausencia de dinero hizo que no pudiera dar el tan deseado salto, buscando alternativas la pasada temporada.
Para un piloto de monoplazas que quiera vivir de ello, la palabra reinventarse es fundamental. Hay muchas categorías de gran calidad y ahí hay hueco para pilotos de talento como Vernay. En 2011, el francés fue piloto reserva de Peugeot Sport en su programa de resistencia aunque el adiós de la marca del león hizo que tuviera que buscarse las castañas. No tardó mucho y no tuvo que cambiar de competición ya que con Signatech-Nissan, ayudó a que el equipo se hiciera con el título en la Intercontinental Le Mans Cup en la categoría LMP2. Es la resistencia el lugar que ofrece más asientos y en el que la repercusión y las marcas implicadas la convierte en más apetecible para los pilotos.
Aun así, en 2012, Jean-Karl Vernay ha tenido que dar otro paso atrás, pero en este caso podría ser el definitivo para labrarse una carrera. Vernay ha disputado la Porsche Carrera Cup Francia haciéndose con el título con el equipo de un fuera de serie como el nueve veces campeón del mundo de rallyes, Sébastien Loeb. El siguiente paso será la Porsche Mobil 1 Supercup para la que ha recibido una beca. Parece que Porsche podría ser el futuro para el piloto francés.
