La lluvia disfraza los resultados. O al menos las diferencias entre los monoplazas no son tan acusadas y el piloto cobra una mayor importancia. En la clasificación del Gran Premio de China, el talento de Fernando Alonso salió a la luz y convirtió al Ferrari en el quinto mejor coche en pista por detrás de Mercedes y Red Bull. Lo mejor de todo es que huesos duros de roer como Felipe Massa, Valtteri Bottas o Nico Hulkenberg han quedado más atrás.
En una clasificación sin grandes sobresaltos en la que cada salida en pista servía para marcar un registro suficiente para guardar los muebles de cara a la siguiente sesión, el asturiano cumplió con lo establecido. Sin grandes errores se mantuvo entre el sexto y el octavo puesto para en la última carta ascender a la quinta posición final.
Contrasta el resultado de Fernando Alonso con el de Kimi Räikkönen, undécimo y sin poder pasar a la Q3. En finlandés todavía no ha encontrado su sitio, el cual también se ve lastrado por el pobre rendimiento del monoplaza italiano. Respecto precisamente al Ferrari, Fernando Alonso se encontraba satisfecho de que todas las mejoras que han traído para China parecen funcionar.
La mejora no es de la noche a la mañana pero sí un pasito adelante que les hará ser más competitivos. O al menos ir un pasito por delante de las escuderías con motor Mercedes y no tener una lucha directa con ellos que le impida desarrollar ritmo de carrera.
Respecto a mañana, Fernando Alonso ha sido cauto. Todo pasa por realizar una buena salida y no verse incordiado por sus rivales directos que le impidan perder el tren del podio. Esta es su meta, el tercer peldaño, y no acabar a un minuto del ganador como en anteriores carreras. Será difícil pero menos algún pequeño problema de neumáticos detectado en las tandas largas, el ritmo para carrera es bueno para cazar unos buenos puntos.
En Motorpasión F1 | Gran Premio de China
