¿De verdad sabemos como se debe circular en una rotonda? Es una pregunta que, seguramente, muchos nos hacemos casi cada día cuando circulamos con nuestro vehículo. Es muy fácil ver como una inmensa mayoría traza las rotondas por el centro, se cambia de carril sin señalizar, toman una salida desde el carril central… circular por una rotonda es como darse un paseo por la selva.
Si hacemos caso a los datos, la cosa está clara: no sabemos circular por rotondas. Según algunos estudios, el 75% de los conductores no sabe circular por una rotonda; el 68% toma el carril inadecuado; un 77% no sabe distinguir entre cambio de sentido y de circulación; un 20% no emplea los indicadores de dirección. además, un 45% emplea el carril central para salir de la rotonda y un 15% hace las rotondas rectas.
Las rotondas son un serio problema en muchas ocasiones. En un principio, la rotonda se coloca para mejorar la fluidez del tráfico y evitar algunos problemas en cruces con mucha afluencia de coches. Pero el resultado a veces es el contrario, precisamente porque se circula incorrectamente y además, todos los conductores se saltan el ‘ceda el paso’ que da entrada a una rotonda.
Tanto la Dirección General de Tráfico como la Guardia Civil han puesto mucho empeño en dejar totalmente claro cómo se debe circular por una glorieta. Se ha usado Facebook se ha usado Twitter y hasta YouTube, así como una infinidad de medios se han hecho eco de esos intentos pero, por desgracia, todo sigue igual. Se circula mal por una rotonda. Puede parecer algo sin importancia, pero ocurre casi lo mismo que cuando se circula usando únicamente el carril izquierdo en autopista: se entorpece la circulación y se pueden provocar accidentes.
Básicamente, las normas para circular por una rotonda son muy sencillas: todos los coches dentro de la glorieta tienen preferencia SIEMPRE, se les debe ceder el paso cuando pretendemos acceder a una. Se debe escoger el carril que mejor nos convenga en función de la salida que queremos tomar, pero siempre, SIEMPRE, se sale de la rotonda desde el carril derecho. Si hemos elegido el carril central, es imprescindible cambiar al carril exterior para salir de la rotonda. Además, la DGT y la Guardia Civil afirman que si no hemos podido cambiar de carril, debemos dar otra vuelta más e intentar colocar en el carril derecho para salir. No se puede tomar ninguna salida desde el carril central, algo que sucede con demasiada asiduidad.
En una rotonda no existe un carril establecido en función de la salida que se quiera tomar. La rotonda es una vía de sentido único (circular), con las salidas situadas en el carril derecho. Es exactamente igual que en el caso de una autovía, donde sería impensable y muy peligroso (aunque se hace) acortar desde el carril izquierdo, completamente en diagonal, para salir por la derecha. El comportamiento que debemos tomar en una rotonda es exactamente igual al que cumplimos en una autovía y como ocurre en estas, el coche situado en la derecha tiene prioridad de paso y por supuesto, todas las de ganar en caso de accidente.
Cuando nos encontramos, por ejemplo, con un grupo de ciclistas, estos se ven afectados por las mismas normas que todos los demás. No obstante, hay una salvedad que se debe tomar en cuenta: todo el pelotón de ciclistas se considera una unidad y una vez que el primer ciclista ha entrado en la rotonda, se les debe ceder el paso a todos al mismo tiempo. Otro punto a tener en consideración es la señal triangular con borde rojo que da paso a las rotondas y que nadie respeta. Aunque el coche de delante haya parado y entrado en la rotonda, es imprescindible volver a cumplir el ceda el paso, pues ha sido el coche de delante quien lo ha hecho, no nosotros que vamos detrás. Hay que indicar la salida, sólo la salida, así también se evitar accidentes, pequeños percances y se mejora la fluidez de circulación.