El mantenimiento del vehículo es crucial para alargar su duración al máximo, y en especial el cuidado del aceite, ese líquido, normalmente de viscosidad variable, que es la vida de tu motor.
Ya os contamos algunos aspectos del lubricante del motor, sus características, funciones y la tecnología que emplea. Hoy damos un repaso sobre algunos aspectos de este interesante fluido a tener en cuenta cuando llega el momento de cambiarlo.
Mineral vs Sintético
Se dice que un lubricante es mineral cuando su base proviene del petróleo crudo refinado. Los aceites denominados sintéticos utilizan bases resultantes de complejas reacciones químicas.
El proceso para la obtención de un lubricante sintético, en comparación con el de un aceite mineral, es bastante más complejo y su precio reflejará este hecho. A cambio, los productos sintéticos tienen mejores propiedades, capacidad de limpieza y resistencia a la oxidación.
Gracias a ello este tipo de aceites pueden ser utilizados en un rango de temperaturas mucho más amplio y soportan unos intervalos de sustitución más largos.
Si el fabricante recomienda, hagámosle caso
Es siempre preferible utilizar el lubricante indicado por el fabricante para ese motor en concreto. El mismo modelo de vehículo puede utilizar diferentes tipo de aceites según el motor que equipe.
En el manual de usuario del vehículo encontraremos la referencia del tipo de aceite a utilizar. Lo habitual es que sea una ref de tipo "xxWyy". Con esto nos indica que es un aceite de viscosidad variable, la cifra xx, indica la viscosidad en frío (la W es de Winter, invierno en inglés), los últimos dos dígitos la viscosidad en caliente, normalizados a través de unos índices indicados por la SAE (Society of Automotive Engineers).
Estos aceites también llamados "multi-peso" se obtienen al añadir ciertos polímeros de carbono al lubricante y se hicieron populares en los años 50. Antes las latas de aceite tenían un solo número para viscosidad, era habitual utilizar un aceite para invierno y otro de mayor viscosidad para verano.
Afortunadamente el aceite de viscosidad variable se puede comportar, por ejemplo, como un aceite con índice SAE 10 en invierno o cuando el motor arranca en frío y un aceite SAE 30 a temperaturas normales de operación. Esto permite una lubricación apropiada del motor a través de toda la gama de temperaturas en un mismo viaje y en todo un año.
La calidad del aceite es también muy importante, no hay que escatimar es este aspecto teniendo en cuenta que una avería por utilizar un aceite de dudosa calidad puede ser verdaderamente desastrosa.
En condiciones de clima extremo, temperaturas muy frías por ejemplo, se puede evaluar utilizar un aceite con otro grado de viscosidad. Recordad que siempre es mejor consultar con un taller antes de tomar decisiones que lleven al desastre.
Cambio de aceite = cambio de filtro
Esto es un básico, no nos veamos tentados por racanear en este aspecto. Cuando cambiemos el aceite debemos aprovechar para realizar el cambio del filtro del mismo. Es una pieza económica que nos dará la seguridad de que partimos de cero en lo que se refiere a este importante sistema de lubricación.
Y recuerda que, el cambio de aceite en concesionario oficial garantiza, como en el resto de operaciones, máxima atención al detalle y profesionales expertos conocedores del producto.
El aceite también limpia, es normal que su color cambie
El aceite además de lubricar limpia las impurezas del motor. Es por tanto normal que vaya cambiando de color a medida que se da uso al vehículo, no debemos ni mucho menos alarmarnos por ello. Pero recordad, si el filtro de aceite no se cambia muchas de esas impurezas volverán al sistema.
Echemos un ojo al nivel, más vale prevenir que reparar
Comprobar el nivel de aceite es muy sencillo y está al alcance ce cualquiera. No hay excusa para no comprobar si el nivel es adecuado, sobre todo antes de largos viajes.
El nivel no debe pasar nunca el máximo, esto no ayuda en absoluto al funcionamiento del motor, más bien lo contrario. Si estamos cerca del mínimo es recomendable o rellenar o realizar el cambio si ya estamos cerca del plazo recomendado por el fabricante.
Si el consumo es mayor al habitual por supuesto debemos acudir lo antes posible a nuestro taller. Estamos a tiempo de solventar el problema antes de que se convierta en una avería de costosísima reparación.
