El BMW Z3 cumple 25 años: un repaso por la historia de este exitoso roadster alemán con sabor americano
Cerca de convertirse en clásico, pero siendo ya un icono de la marca germana, el BMW Z3 este año sopla las velas para celebrar su 25º cumpleaños. Se trata, según la propia firma, del roadster de mayor éxito de BMW, que estuvo en producción entre 1995 y 2002 y al que rendimos un merecido homenaje repasando su historia, características y curiosidades.
Cuando a finales de 1995 el primer BMW Z3 salió de fabrica, nadie podía imaginarse que acabaría alcanzando las 297.087 unidades producidas. No en vano, se trataba de un coche de nicho, muy alejado en concepto de las exitosas berlinas de la firma bávara.
Deportivo, biplaza, descapotable y tracción trasera, eran los ingredientes del BMW Z3, siendo el sucesor del noventero BMW Z1 de idéntica configuración. Aunque en su caso, compaginaba líneas modernas con clásicas siguiendo la estela del mítico BMW 507 nacido en la década de los 50.
Desde su planteamiento, BMW abrió brecha respecto al Z1: mientras que de este roadster únicamente se fabricaron 8.000 ejemplares, sólo para el primer año completo de producción del Z3 se planificaron 15.000 unidades, casi el doble. Con lo que seguramente no contaban es que a comienzos de aquel 1996 ya iban a estar todas vendidas, que fue lo que ocurrió.
Más allá de sus bondades, ayudó su cercanía al mercado norteamericano, pues se fabricó en la factoría de Spartanburg (Carolina del Sur, EE.UU). Y a ello se añade además que fue presentado al mundo en una taquillera película.
Y es que antes que nadie lo condujo Pierce Brosnan en los zapatos de James Bond en 'Goldeneye', que supuso el nuevo regreso del famoso agente al servicio de su majestad sucediendo a un Timothy Dalton que no acabó de convencer. Pero volvamos al Z3...
El nacimiento de un mito a cielo abierto
Fue Joji Nagashima quien esculpió las formas del BMW Z3, también padre en diseño de modelos coetáneos como el BMW Serie 5 E39 o el posterior BMW Serie 3 E90. Y aunque era un canónico roadster, con un alargado capó en combinación con una corta trasera, voladizos reducidos y un retrasado puesto de conducción que casi llegaba hasta al eje trasero, sus líneas enamoraron a no pocos conductores.
Y es que Nagashima tuvo a bien traer de vuelta algunos elementos característicos del BMW 507, considerado uno de los automóviles más bellos de toda la historia. Elementos como las branquias laterales, junto al paso de rueda delantero, estaban presentes en ambos modelos, así como las formas redondeadas, en contraste a las aristadas y cuadradas del Z1.
Concebido sobre la plataforma del BMW Serie 3 E36, cuando llegó al mercado lo hizo asociado a dos motores de cuatro cilindros: el 1.8 de 115 CV (M43B18) y el 1.9 de 143 CV (M44B19). Sin embargo, como buen BMW, las mecánicas más características del Z3 han sido por tradición las de seis cilindros, siendo la configuración más habitual en los motores que le han dado vida.
El primero en llegar lo hizo en 1997: con denominación M52B28, se trataba de un bloque de 2.8 litros 192 CV y 280 Nm. Asimismo, aquel año nacía la primera variante M del descapotable biplaza, escondiendo bajo el capó el mismo propulsor que montaba el BMW M3 E36: el S50B32 de 3.2 litros, con 321 CV a un máximo de 7.400 vueltas y 350 Nm de par.
Y pese a que para adecuarse a los gustos norteamericanos ofrecía una caja automática de cinco velocidades, también podía seleccionarse con una manual de idénticas relaciones.
En el menú del Z3 también encontrábamos una suspensión deportiva, que sumado a su propulsión trasera y a su bajo centro de gravedad (su altura total era sólo de 1,27 metros), lo convertían en un delicioso juguete de lo más divertido sobre el asfalto, pudiendo acometer curvas a gran velocidad.
No obstante, para hacerlo más amable, BMW rápidamente incorporó de serie bondades como el control de tracción ASC+T, que aunque ataba en corto al coche, ofrecía sensaciones muy deportivas al ofrecer la máxima motricidad operando sobre los frenos y el motor.
Nuevos aires a mitad de vida
En el ecuador de su producción y ya con cerca de 170.000 modelos comercializados, el BMW Z3 se actualizó. El resyling de 1999 mantenía su esencia, pero añadía nuevas ópticas en el frontal y en la zaga, ajustes en las defensas frontales y la trasera ganaba ligeramente en músculo.
Pero las principales novedades las encontrábamos bajo el capó, con hasta cinco mecánicas nuevas. La de acceso seguía siendo un cuatro cilindros que no era más que una evolución del M43B18, es decir el M43B19, aumentando su cilindrada a 1.9 litros y su potencia a los 117 CV.
A partir de ahí, comenzaba el carrusel de seis cilindros en línea: un 2.0 de 150 CV, que fue sustituido muy pronto por el 2.2 de 170 CV y, el tope de gama M52B30, que cubicaba 3.0 litros y llega hasta los 231 CV. Aunque, por supuesto, la joya de la corona la ostentaba el nuevo BMW Z3 M y su bloque de 3.2 litros, que ascendía hasta los 325 CV y 354 Nm de par.
El BMW Z3 con techo: de roadster a coupé
Con la estupenda acogida que había tenido el BMW Z3, la marca quiso aprovechar el filón y dar vida a un deportivo basado en él. Nacía así dos años después el Z3 Coupé, es decir, la versión cerrada de este roadster. Casi medio siglo había pasado desde que BMW lanzara un modelo de estas características, siendo su antecedente el 328 Sportcoupé.
De hecho, su línea trasera se inspiraba en este legendario modelo que se coronó vencedor en la Mille Miglia de 1940, y sirvió de de base para la actualización del Z3 en 1999, como por ejemplo en lo toca los pilotos traseros.
El BMW Z3 Coupé llegó al mercado en verano de 1998 y su producción fue mucho más reducida que la de su hermano descapotable: 18.000 unidades vieron la luz en los cuatro años que estuvo en activo.
También era más reducida su gama mecánica, montando las opciones de mayor entrega del Z3 Roadster. Primeramente, el 2.8i, que fue revisado incorporando una nueva gestión electrónica con la que consiguió un caballo más de potencia, alcanzando los 193 CV, además de mejorar en consumo y ofrecer una entrega de par más lineal.
Esta primera entrega iba también acompañada de una variante M, con el propulsor de 321 CV. Más tarde, una vez estrenado el restyling en 1999, le llegó su turno integrando el M52B30 de 231 CV, así como el nuevo S54B32 de 325 CV de entrega del segundo de los Z3 M.
Sabías que...
El último de los BMW Z3 salió de fábrica un viernes, concretamente el 28 de junio de 2002. Y, como es tradición en la firma alemana, fue directo al museo, concretamente al BMW Spartanburg Zentrum Museum, junto a su factoría norteamericana.
El Z3 fue el primer coche de BMW que se fabricó en exclusiva en Estados Unidos.
En su lanzamiento, contó con una versión limitada con apellido James Bond Edition y cuya tirada planificada era de 20 unidades. Se vendieron tan rápido que BMW la aumentó a 100 coches.
En la temporada del año 2000 del Mundial de Motocilismo, el BMW Z3 M Coupé se convirtió en coche de seguridad. Con él empezaba este matrimonio entre BMW M y Moto GP, que ya va por las dos décadas, siendo el último en discordia el M8 Gran Coupé Safety Car.
El exitoso roadster contó con varias versiones especiales de la mano del programa de personalización BMW Individual, como es el caso de las populares Sport Edition. También destacan la British Traditional, en un exclusivo verde botella y con apliques en madera para el habitáculo, o la Dakkar, que vestía en amarillo.
- El más bruto de los BMW Z3, preparaciones aparte, fue el Z3 M V12. Se trataba de un prototipo y se fabricó para comprobar la capacidad máxima que podía ofrecer el vano motor del roadster, que demostró ser capaz de albergar nada menos que un V12. No obstante, su potencia sólo superaba en un caballo a la del último de los Z3 M: 326 CV. De su existencia no tuvimos noticia hasta diez años después de que el Z3 echara el cierre.
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