Rivian ha necesitado coger mucha carrerilla para que su producción coja velocidad de crucero. En 2022, la compañía estadounidense fabricó casi 25.000 vehículos y su objetivo es producir 50.000 unidades este año. Pero los números no acompañan.
De la misma manera que en los ejercicios anteriores, Rivian perdió mucho dinero en 2022 y ahora trata de poner en marcha un plan para sanear sus cuentas. Tras despedir a decenas de trabajadores, reducir costes de producción y vender parte de la empresa son los siguientes pasos de este plan.
Objetivo: dejar atrás las pérdidas
A finales del año 2021, la joven compañía americana Rivian de vehículos eléctricos salió a bolsa con el apoyo financiero de Ford y Amazon. Enseguida, sus acciones llegaron a costar 112 dólares, a pesar de que la firma apenas fabricó 1.015 vehículos ese mismo año.
Recientemente, Rivian ha comunicado que en 2022 produjo 24.337 vehículos y que pretende fabricar 50.000 unidades en 2023 (un millón para 2030). Sin embargo, sus cuentas son negativas.
Rivian cerró 2022 con unas pérdidas de 6.752 millones de dólares y despedir al 6% de su plantilla no ha evitado que su cotización en bolsa caiga hasta 17,13 dólares por acción, que es el valor que tiene ahora mismo.
Tampoco ayuda que Ford se deshiciese de ocho millones de acciones de Rivian hace unos meses y el chute de inversión llevado a cabo por George Soros el año pasado no es suficiente. Por lo que Rivian no termina de despegar y el retraso en el lanzamiento y las entregas de sus vehículos no ayuda.
No es que sus productos no estén a la altura, de hecho, Amazon ya cuenta con miles de furgonetas eléctricas Rivian para repartir sus paquetes, mientras que los Rivian R1S y R1T están teniendo buena acogida en el mercado, como demuestran sus cifras de producción.
Pero Rivian es consciente de que debe apretarse el cinturón para pintar los números de verde. Por eso, se ha propuesto reducir costes para este año. En los últimos ejercicios, Rivian ha llevado a cabo una gran inversión para desarrollar sus primeros modelos y poner en marcha sus cadenas de producción. En 2022, la marca americana logró reducir su nivel de gasto y espera contenerlo todavía más en 2023.
Asimismo, pretende desarrollar la plataforma R2 para lanzar un modelo más pequeño y asequible que los R1S y R1T con el que espera mejorar sus ingresos.
A lo largo de los próximos meses también deberían introducirse mejoras de rendimiento y autonomía en los R1S y R1T a través del nuevo motor enduro y de nuevos paquetes de baterías que también ayuden a rebajar el coste de producción de ambos coches.
Para alcanzar el objetivo de fabricar 50.000 unidades a lo largo de 2023, más del doble de las que se han producido en 2022, Rivian pondrá un turno de trabajo extra en su planta de Illinois, Estados Unidos. Pero antes de eso se ha programado un tiempo de inactividad en la producción “para mejorar nuestros productos y el proceso de producción”, según dice Rivian.
Por supuesto, todos estos planes enfocados a dar la vuelta a las cuentas y lograr beneficios más adelante necesitan liquidez para llevarse a cabo. Según señala Reuters, la marca de RJ Scaringe planea obtener ese dinero vendiendo 1.300 millones de dólares en bonos de la empresa.
