Cuando Sir Stirling Moss vio un Aston Martin Cygnet de pre-producción, allá por enero, supo que era el coche ideal para su mujer, Lady Moss. Ayer se realizó el acto de entrega en Londres, después de haber estado intercambiando mensajes con la fábrica durante este tiempo.
El campeón sin corona británico, ya retirado de la competición, se quiere tomar las cosas con calma en sus desplazamientos urbanos. El color exterior es el mismo verde competi que vistió sus bólidos décadas antes, por dentro tiene cuero Obsidian negro con costuras plateadas.
El regalo de cumpleaños de su esposa fue entregado por el concesionario más viejo al servicio de Aston Martin, el HWM Aston Martin, con 60 años de antigüedad, y prepararon coches para Moss. Para la marca viene genial tener semejante embajador como uno de sus primeros clientes. Tiene 150 horas de mano de obra para poner a punto sus interiores.
Recordemos que se trata de un humilde Toyota iQ en la base, pero por dentro no tiene nada que envidiar a coches de más de 120.000 euros en calidades. Es una forma de compatibilizar el gusto por la marca con una manera más razonable de moverse por ciudad. Si alguien como él lo ha elegido, es para ponerse a reflexionar sobre ello. ¿O no?
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