Aston Martin comenzaba su presentación en el Salón de Ginebra 2010 felicitándose porque 2009 había sido su primer año en los últimos cinco en conseguir beneficios. Quizás por esos años de presión han decidido sacar un modelo que amplíe el número de unidades vendidas. ¿Pero cómo es eso posible en una marca superexclusiva?
La respuesta es convertir un coche pequeño en un Aston Martin. Y esa parece la idea del Aston Martin Cygnet, que ellos denominan un intercambiador urbano. Es decir, un coche para moverse únicamente por ciudad, por aquellos lugares por los que llevar un Aston Martin resulta harto complicado.
La novedad es que han publicado una serie de fotografías en las que muestran las opciones de personalización y colores para el Cygnet. Pero, después de verlo en Ginebra, ¿se puede decir que tiene la calidad de un Aston Martin?
Viendo y tocando alguno de sus materiales podemos decir que sí. El cuero, el Alcantara y el aluminio se unen en un coche de tamaño mínimo pero de un aspecto extraordinario. Una especie de tuning del Toyota iQ hecho para los paladares más exquisitos.
Por desgracia mi gran duda no se ha resuelto en Ginebra, y es que no se sabe si se venderá únicamente a los propietarios de un Aston Martin o a cualquiera. En un principio se habla de que sólo estará disponible para los dueños de Aston Martin, pero más adelante no se sabe.
Por una parte sería una gran oportunidad de aumentar las ventas, pero por otra podría dañar el activo más importante de una firma de lujo: su exclusividad. En este caso no sería de extrañar que adopten soluciones como ya ha hecho Lexus con el LF-A, no venderlo sino ofrecer un contrato de leasing para asegurarse que no habrá una reventa.
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