El fabricante alemán continúa su camino hacia la electrificación y la producción de coches alternativos para dejar el escándalo Dieselgate atrás y limpiar su imagen. El CEO de la firma, Matthias Müller, ha declarado en una radio austriaca que están en proceso de negociación con ExxonMobil y Gazprom para promover los coches impulsados por gas natural.
Según Müller, están trabajando en soluciones que puedan ser útiles "al menos" en un periodo de transición de 10 a 20 años, de forma que puedan reducir las emisiones de dióxido de carbono de sus vehículos. A pesar del castigo económico al que está siendo sometida la multinacional en Estados Unidos, ha registrado un beneficio neto atribuido de 3.345 millones de euros durante el primer trimestre de 2017, un 40% más que el año pasado.
No habrá compensación en Europa
La automotriz alemana ha mejorado sus resultados en el primer trimestre del año con unos beneficios después de impuestos de 3.400 millones de euros, además de ese incremento del 40% en sus ganancias, debido principalmente a las medidas de recorte impulsadas por la dirección.
Müller se muestra optimista ante los buenos resultados y ante la complicada situación financiera a la que está haciendo frente la compañía. El mes pasado un juzgado federal estadounidense condenó a Volskwagen a pagar casi 4 mil millones de euros por importar ilegalmente 590.000 vehículos diésel excesivamente contaminantes desde 2009 y a ser supervisado durante tres años por un monitor independiente, que saldrá de la administración George W. Bush, para asegurarse de que cumple la ley en el futuro.
El chorreo de multas, reparaciones y compensaciones ha sido casi constante desde que en 2015 saliera la luz el escándalo de las emisiones, pero solo en Estados Unidos. En Europa el caso se encuentra en plena fase de investigación por parte de la fiscalía alemana, que está confiscando material de la sede del grupo en Ingolstadt, en Baviera, en su fábrica de Neckarsulm, en Baden-Wurtemberg y en la sede en Wolfsburgo de Volkswagen.
Respecto a la compensación en Europa, Müller ha declarado que no se producirá: "Esta es una empresa relevante para el sistema y es mi deber asegurarme de que siga siendo el caso. No haré nada que no tenga en cuenta el marco legal y ponga en peligro a la empresa".
Dos gigantes energéticos para impulsar el GNC
Para superar la crisis que supuso el Dieselgate, Volkswagen está trabajando para desarrollar vehículos alternativos, como los híbridos enchufables y los de gas natural. La petrolera ExxonMobil, que construirá la planta de etileno más grande del mundo en Texas, es uno de los gigantes con los que Volkswagen se quiere asociar para comenzar su andadura hacia un camino más verde.
Las negociaciones también se están llevando a cabo con la mayor compañía de Rusia: Gazprom, una empresa gasística fundada en 1989 durante el periodo soviético y controlada actualmente por el Estado ruso, aunque tiene un carácter privado. En 2015 Bruselas acusaba a Gazprom de abuso de posición dominante en el mercado de gas en Europa.
El mes pasado, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos rechazó la posibilidad de que compañías como ExxonMobil puedan explotar petróleo en conjunto con firmas rusas. La decisión se conocía después de que Exxon reconociera que necesitaba que se evitaran las sanciones contra Rusia para completar el proyecto conjunto que tiene con la firma rusa Rosneft en el mar Negro.
Recordemos además que el actual Secretario de Estado, Rex Tillerson, era hasta hace poco el principal directivo de ExxonMobil. Como podemos ver, detrás de cada decisión existe todo un entramado geopolítico, y es junto a estos dos gigantes con los que Volkswagen quiere emprender el camino hacia una producción más verde.
Vía | Automotive Europe
Foto | The Epoch Times | ruben van eijk | My News Desk
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