Hoy ha comparecido el presidente de Toyota, Akio Toyoda, ante los medios de comunicación en Japón. No es la primera vez que un alto ejecutivo da la cara ante la tormenta mediática de las llamadas a revisión. Se ven atisbos de humildad en la declaración, pero metámoslo todo dentro de su contexto.
El sistema de producción de Toyota es un tema típico de enseñanza en las universidades en asignaturas relacionadas con empresas por su eficacia y el enfoque en la calidad, no en la cantidad. La reputación milenaria de los japoneses está poniéndose en tela de juicio, ¿pero es algo justificado?
Toyoda ha explicado que han estado fabricando coches en función de la demanda y nada más, pero en los últimos años, al crecer tan deprisa, se han fabricado coches por encima de la demanda y eso ha podido causar una desatención en la formación del personal que tenía como misión asegurar la calidad de sus coches.
En estos momentos la cantidad de coches llamados a revisión en todo el Mundo asciende a 8 millones. Sólo por el problema de los probables atascos de acelerador se están reparando 50.000 coches diarios en Estados Unidos, y la empresa presiona a los concesionarios para que estén abiertos las 24h mientras dure la campaña.
El máximo responsable de Toyota en Estados Unidos, Yoshimi Inaba, es el que va a dar la cara ante los responsables del Gobierno de ese país en vez del señor Toyoda. La marca ha pedido auditorías externas para asegurarse más la calidad, por ejemplo con el caso de los frenos de los Prius, Sai y Lexus HS 250h.
Se está hablando de un total de 34 muertos por los aceleradores atascados (por alfombrilla o atasco interno), 13 de ellos han aparecido a última hora según la NHTSA, el organismo de seguridad en carretera. Estos casos se están investigando por las autoridades para ver si corresponde añadirlas a las 21 fallecidos confirmados y 22 heridos.
Toyota tiene que explicar en Washington la semana que viene desde cuándo tiene conocimiento de problemas en los aceleradores y si tomó acciones correctivas. Por ejemplo en Europa se reaccionó a las quejas de 2008 cambiando piezas que en 2009 ya no dieron problemas. La cuestión es ¿han reaccionado a tiempo o por presión externa?
No dispongo de información para afirmar rotundamente ni una cosa ni la otra, los jueces tendrán que pronunciarse. No sólo van a ir a juicio los afectados por los fallos en los accidentes, también por el daño económico, sus coches Toyota o Lexus se han depreciado en el mercado de ocasión por estos problemas.
Los problemas a los que se enfrenta la marca son estos: alfombrillas que pueden atascar el acelerador (EEUU), aceleradores que pueden atascarse (global), sistema ABS de coches híbridos (Prius, Sai, HS 250h, global también), transmisión de una pickup (EEUU) y dirección asistida del Toyota Corolla (EEUU).
El daño ya está hecho. Este berenjenal va a costar a la marca una pérdida de millones de euros sólo en arreglos, pero lo realmente grave es la sensación psicológica de que, de repente, la fiabilidad japonesa es una mierda (con perdón de la expresión). Costará años recuperarse de este mazazo mediático.
Se especula que otras empresas automovilísticas niponas puedan salpicarse de “gloria” como Nissan, Subaru u Honda. Dependerá de mucho de cómo maniobre la competencia, ¿harán leña del árbol caído o protestarán con la boca pequeña? El boomerang puede darles en sus narices si se “pasan” hablando de fiabilidad.
El problema fundamental es el de los aceleradores, que es el que ha causado víctimas. Respecto al ABS de los híbridos se tiene constancia de accidentes leves que sólo han causado heridos (afortunadamente). Las otras fallas reportadas las podemos englobar en la rutina de la vida comercial de cualquier coche.
Toyota ha prometido reforzar más sus controles de calidad e incluso añadir a todos sus modelos un sistema que, si detecta freno y acelerador aplicados al mismo tiempo, desconectará la señal de aceleración y priorizará la aplicación del freno. ¿Y esto qué significa? Supongamos que llevan estos cambios con éxito.
La respuesta japonesa puede acabar consiguiendo un nivel de fiabilidad aún más duro que su competencia no pueda igualar. ¿Y si consiguen destacar de forma clarísima sobre sus competidores y se labran una fama de fiabilidad salvaje? Como los 7 años de garantía-Kia, pero a un nivel superior. ¿Les compensará vender coches que nunca fallen?
El tiempo nos irá dando respuestas a todos estos interrogantes.
Fuente | USA Today, El Mundo, Freep, El Mundo Motor
En Motorpasión | Caso Pedalgate