Europa no es EE.UU ni China y bien lo está comprobando Tesla. La marca se enfrenta a un absoluto bloqueo en Suecia: comenzó con la huelga de los mecánicos de Tesla Service, pero ahora se han unido otros sectores para apoyarles.
Todo por presionar a la marca para que firme un convenio colectivo que lleva esquivando cinco años. Y todo apunta que va a tener que pasar por el aro si quiere tener a sus clientes contentos o que sus coches se entreguen en este país. Suecia es uno de sus principales mercados, por cierto.
Ni descargar un solo coche de Tesla en los puertos, ni mantener sus estaciones de carga
El pasado 27 de octubre los cerca de 120 mecánicos del Tesla Service dijeron basta: IF Metall, sindicato industrial sueco que acoge a los talleres de coches entre otros, convocó la huelga que fue secundada en su totalidad por los trabajadores. Aún se mantiene.
Tesla respekterar inte spelreglerna på den svenska arbetsmarknaden. Därför går vi ut i strejk.
— IF Metall (@ifmetall) October 27, 2023
Vår ordförande @marienilsson64 och avtalssekreterare Veli-Pekka Säikkälä skriver på @ABDebatt. https://t.co/fY0GwH3Yz0
Estos empleados exigen la firma del convenio colectivo, algo habitual en Suecia ya que cerca del 90 % de trabajadores están cubiertos por este acuerdo laboral. Como aquí, estos regulan aspectos como el sueldo mínimo, los aumentos salariales o las coberturas de seguros o pensiones, entre otros.
Solidaridad para defender los derechos laborales. La negativa de Tesla a firmar el convenio ha derivado en un tira y afloja que ya ha ido más allá de los mecánicos de los centros del servicio postventa de Tesla: también se ha unido a la huelga el sindicato de transportes, lo que incluye varios sectores que afectan de lleno a Tesla.
Tack vare Transports medlemmar kommer inga nya teslabilar att kunna lasta eller lossas i svenska hamnar from den 7 november.
— Transport (@TransportFacket) October 27, 2023
Transport backar @ifmetall ✊
I Sverige gäller svenska kollektivavtal. pic.twitter.com/lAGOVA7hK0
Comenzando por los estibadores, que ya desde la semana pasada anunciaron que se unirían a la protesta: los trabajadores de los cuatro principales puertos de Suecia (Malmö, Gotemburgo, Trelleborg y Södertälje) llevan desde este lunes bloqueando la entrada de coches de Tesla. Y se mantienen firmes: no descargarán coche alguno de la marca a menos de que Tesla claudique.
Que sumaran fuerzas se debió a que Tesla intentó salvar la huelga de los mecánicos subcontratando otros talleres para continuar prestando servicios de reparación.
Pero no son los únicos. Según recoge The New York Times, los empleados de la red eléctrica, Elektrikerna, no van a mantener las estaciones de supercargadores de Tesla desde el 17 de noviembre a menos que firmen el acuerdo. "Si algo se rompe, nadie lo arreglará". Y desde esa fecha también se sumará al paro el personal de limpieza de las instalaciones de Tesla en Estocolmo y Umea. ¿Más? Sí, los taxistas de la capital sueca también amenazan con suspender los nuevos pedidos a la marca.
Tesla se topando con una realidad europea en lo que toca a derechos laborales que en EE.UU. no se estila, como tampoco en China. Aunque la reciente huelga del automóvil, que se ha saldado a favor de los trabajadores, podría sentar un precedente.
Y es que por ejemplo en Alemania, donde Tesla ya tiene activa la fábrica de Berlín (aunque no a pleno rendimiento) el sindicato IG Metall ya mostró su preocupación por la excesiva carga de trabajo y la seguridad de la planta. En consecuencia, Tesla ha prometido que aumentará el salario de los trabajadores en un 4 % a partir de este mes de noviembre, así como bonificaciones en noviembre.
"No vemos ninguna razón por la que Tesla deba jugar con reglas diferentes. Estamos preparados para estar en huelga mucho tiempo", señaló Jesper Pettersson, portavoz de IF Metall, según publica Business Insider.
De momento, Tesla se mantiene en sus trece y ha tildado de "lamentable" el bloqueo que están experimentando en el país a todos los niveles. Se defienden asegurando que tienen acuerdos con mejores coberturas que la del convenio colectivo. Pero no es lo que sostienen los mecánicos de sus talleres, que cobran menos que el resto del sector y disponen de peores seguros y coberturas.
Tesla puede pagar caro no ceder ante los trabajadores suecos
Tesla ha tardado poco en contentar a los sindicatos en Berlín, ya que una huelga en su única planta europea podría tener consecuencias nefastas. Y más con el Tesla Model Y triunfando en Europa como lo está haciendo: esta planta cubrirá la demanda de este coche, que ahora hace en su mayor parte la de Shanghai. Pero Suecia es uno de sus principales mercados no solo a nivel europeo, sino mundial.
Suecia es el quinto mayor mercado de Tesla: entre enero y septiembre la marca ha comercializado allí 16.309 modelos. De los mismos, el rey es precisamente el Tesla Model Y, que ha cosechado en este periodo más de 14.000 unidades vendidas.
Pero con el bloqueo en el puerto, hablamos de que las unidades ya compradas se están demorando para llegar a los compradores. Aunque al parecer Tesla lo está intentando salvar subcontratando a otras empresas de transporte por carretera. Pero si se empiezan a no mantener los puntos de carga, habrá más clientes descontentos.
Y a su vez, su negativa a no respetar los derechos laborales no es la mejor idea de cara a su imagen y a la opinión pública. Por no hablar del descenso de pedidos de la marca.
Lo que está claro es que los trabajadores suecos no van a ceder: "Los convenios colectivos son la base del modelo sueco de mercado laboral", argumentan desde IF Metall y que recoge ElDiario.es. En el sindicato consideran que están violando los principios básicos del mercado laboral sueco y que no luchar por este convenio colectivo podría sentar un peligroso precedente en el país. También en Europa.
La draconiana postura para con sus trabajadores ya está siendo criticada en Europa. "El coche eléctrico es un símbolo de toda la transición ecológica, y es una gran ironía que Tesla se niegue a participar en la dimensión social de la gran transformación que estamos viviendo", ha señalado Claes Mikael Ståhl, vicesecretario general de la Confederación Europea de Sindicatos.
