Tras un balance del ejercicio de 2017 agridulce, una predisposición y optimismo heroicos y el mejor ejercicio de marketing de la historia de la automoción, Tesla está dispuesta a dejar de prometer para demostrar. Con notables mejoras en el proceso de automatización de la producción del Model 3, Elon Musk quiere fabricar 2.500 unidades a la semana para marzo. ¿Problema? El sistema que necesita está en su unidad alemana Grohmann Engineering, y si no quiere perder comba, tiene que estar en Nevada el mes que viene.
Problemas con la máquina que construye a la máquina
El fabricante más famoso del espacio ha diseñado un nuevo sistema automatizado de producción de módulos para su fábrica de baterías cerca de Reno, Nevada. Este sistema que rediseña la automatización del ensamblaje (la máquina que construye a la máquina) ya está funcionando en su unidad alemana Grohmann, pero debe enviarse a Estados Unidos el próximo mes antes de que pueda entrar en funcionamiento:
"Eso tiene que ser desmontado, traído a la Gigafactoría, ser reensamblado y luego puesto en funcionamiento en la Gigafactoría. No se trata de si funciona o no. Es solo una cuestión de desmontaje, transporte y montaje".
Esta es la aclaración que dio Elon Musk durante una conferencia telefónica hace unos días, dando a entender que hasta que no se instale el nuevo sistema en Nevada, el objetivo de alcanzar las 5.000 unidades para el segundo trimestre del año no será alcanzado.
"Si podemos enviar un Roadster al cinturón de asteroides, probablemente podamos resolver la producción del Model 3", dijo Musk en una conferencia telefónica con analistas, poco después de tuitear otra foto de su Roadster volando por el espacio.