Con la llegada del presidente Joe Biden a la Casa Blanca, la movilidad eléctrica en Estados Unidos ha ganado un nuevo impulso. Actualmente, se está discutiendo, a propuesta del partido demócrata, si se otorga a nivel federal una ayuda de 4.500 dólares por la compra de un coche eléctrico. El único requisito es que ese coche salga de una fábrica en la haya algún sindicato.
Y esa condició hace que los modelos de Tesla se quedarían por tanto fuera de la ecuación, ya que Elon Musk es descaradamente anti sindicatos y no hay sindicatos en las factorías de Tesla. Lógicamente, esa medida no le ha gustado. Recordemos que en Estados Unidos, el proceso para que un sindicato esté representado en una fábrica es largo, complejo y a menudo no se produce.
Elon Musk se quejó en Twitter aludiendo a los grupos de presión de Ford y del sindicato de la industria, el United Auto Workers (UAW). "Esto está escrito por los grupos de presión de Ford/UAW, ya que fabrican su coche eléctrico en México. No es obvio cómo esto sirve a los contribuyentes estadounidenses", tuiteó el multimillonario de Tesla.
Por los acuerdos de libre comercio, esa ayuda se aplicaría a cualquier coche fabricado en México, Estados Unidos o Canadá. Y por tanto, el Ford Mustang Mach-E sería uno de los beneficiarios.
La realidad es que esa medida favorecería a todas las marcas estadounidenses menos Tesla. Pero la marca californiana no sería la única perjudicada. Toyota y Honda, cuyas factorías en Estados Unidos carecen de sindicatos, se verían también excluidas de esa ayuda. De hecho, Toyota también ha criticado esa medida.
This is written by Ford/UAW lobbyists, as they make their electric car in Mexico. Not obvious how this serves American taxpayers. https://t.co/FUUXARHlby
— Elon Musk (@elonmusk) September 12, 2021
Se desvanece la posibilidad de un Tesla Model 3 a menos de 25.000 dólares
Pero eso no significa que no se puedan beneficiar de ayudas. El proyecto de ley también concede un incentivo al consumidor de 7.500 dólares por la compra de un coche eléctrico nuevo vendido en Estados Unidos, independientemente de su lugar geográfico de fabricación o de si hay o no un sindicato en esa fábrica.
Tesla, como cualquier otro fabricante, ya sea Nissan o BMW, por ejemplo, podría aplicar esa medida a sus coches. Aunque esa medida estaría en vigor solo cinco años.
El problema para Tesla es que ve como podría perder un descuento total sobre el precio de sus coches de 12.000 dólares a cuenta del contribuyente (es un incentivo federal). Un descuento que Ford o General Motors sí tendrían.
Así, el Tesla Model 3 de 35.000 dólares le podría costar a un automovilista estadounidense 23.000 dólares si los clientes de Tesla pudiesen acogerse a la ayuda de 4.500 dólares y no solamente a la de 7.500 dólares.
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