“Los presupuestos de 2013 no dan para aumentar la velocidad”, dijo ayer María Seguí. La próxima reforma del Reglamento General de la Circulación está en marcha y contempla la reducción de velocidad en las carreteras convencionales a 90 km/h y la ampliación de la velocidad en autopistas y autovías a 130 km/h. Y la aplicación de esa reforma llegará, pero no toda en 2013.
¿Qué tiene que ver el presupuesto con la ampliación de los límites? Pues que lo del 130 no será a piñón fijo, sino que nos tendremos que acostumbrar en toda España a los límites de velocidad variable que se usan en las proximidades de Barcelona, una forma de señalizar mucho más adaptativa que una decimonónica señal de acero que no ve más allá de su poste. Es un cambio positivo… pero cuesta dinero montar toda la infraestructura necesaria.
Lo que no parece no costar dinero (más allá del cambio de chapas, que ya es) es la reducción de velocidad en las carreteras convencionales. Sí, sí, nada de “secundarias”. En una carretera de dos carriles por sentido y una mediana que no se haya catalogado como autovía porque no cumpla todos los requisitos legales, lo que antaño llamábamos “la general”, iremos deberemos ir a 90 km/h como máximo en cuanto se apruebe y entre en vigor el nuevo Reglamento.
Vía | El Mundo
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