El colmo de la imprudencia al volante y con heridos de por medio: este joven conductor se va a quedar sin carnet seguramente una larga temporada. No sólo se puso a los mandos del coche estando con el brazo en cabestrillo, también lo hizo borracho y drogado.
De esta guisa, primero chocó contra una furgoneta, dejando herido leve al conductor. Tras esto intentó huir y, en la escapada, se llevó otro coche por delante y acabó estampándose contra una comisaria de policía. Ha ocurrido recientemente en Sevilla.
Obviamente ha sido detenido como presunto autor de varios delitos de seguridad vial. Entre ellos, el de conducción temeraria.
Cuando le coges el coche a tu padre y la lías muy parda
Según detalla Emergencias Sevilla en su cuenta de Twitter, todo ocurrió a primera hora de la mañana del pasado viernes 19 de mayo, posterior a la madrugada en la que se certificó al pase del Sevilla FC a la final de la UEFA Europa League.
Los agentes deducen que este conductor había estado de celebración tras la victoria del club hispalense, alcohol y drogas mediante. Y decidió que, a pesar de ello, era buena idea ponerse al volante del coche para regresar a casa. Pero le va a salir caro.
🔴08:10 h. Detenido un conductor de 23 años tras dar positivo en alcohol y drogas en la zona de Cerro Amate.
— Emergencias Sevilla (@EmergenciasSev) May 19, 2023
- Un agente fuera de servicio de @policia intervino cuando se dio a la fuga tras la primera colisión.
Un conductor de 23 años, superando el cuádruple de la tasa máxima… pic.twitter.com/4JhlEnfdwL
Dos accidentes. Eran sobre las 8:00 cuando este joven de 23 años, conduciendo de semejante guisa, perdió el control del Fiat Tipo, que era de su padre además, y chocó contra una furgoneta en la avenida de Las Leandras de la capital andaluza. El conductor del vehículo de transporte resultó herido leve tras el choque y el industrial ligero quedó con el frontal completamente dañado.
En el lugar del accidente estaba un agente de la Policía Nacional, aunque fuera de servicio en ese momento. Se identificó como tal al conductor que, repetimos, llevaba un brazo inmovilizado por una lesión además de estar ebrio y drogado. Y al parecer, el coche lo había cogido sin permiso.
Asustado por lo que le podía pasar, tomó de nuevo la peor de las decisiones: intentar escapar. Pero en su huida hacia delante volvió a perder el control del compacto italiano, impactó contra otro turismo y acabó empotrándose contra la puerta de la comisaría de la Policía Local de Cerro-Amate.
Este fue el punto y final a su temerario periplo: tras este último accidente, le sometieron al test de alcohol y drogas. En ambos dio positivo. De hecho, en el caso del alcohol cuadruplicó la tasa máxima permitida. Fue detenido, claro.
Tres posibles delitos de tráfico y más de 2.000 euros en multas. La Policía Local no detalla la tasa de alcohol que registró este joven de 23 años, señalando meramente que la cuadruplicaba. Si fuera conductor novel, podría no suponer delito aunque se quedaría al límite: la máxima es de 0,15 mg/l de aire expirado. Pero si no fuera así, sí que superaría ampliamente los 0,60 mg/l que se traduce en delito contra el tráfico.
Además, la multa por conducir con tal cantidad de alcohol en el organismo es de 1.000 euros y supone la resta de seis puntos del carnet. La misma sanción se aplica cuando se conduce drogado, siendo además siempre delito de seguridad vial.
Pero más allá de su lamentable estado, se añade que condujo teniendo el brazo inmovilizado por una lesión, lo que supone hacerlo con una sola mano. Esto como es lógico tampoco se permite, ya que el código exige que los conductores "mantengan su propia libertad de movimientos" para garantizar la seguridad propia y del resto de usuarios. Algo que, evidentemente, incumplió este automovilista.
Ya solo por ello, podría estar incurriendo en un delito de conducción temeraria, al conducir con una única mano, lo que supone tener que manejar tanto el volante como el cambio solo con ella (lo que es más que complicado en caso de que el cambio fuera manual). Sea como fuere, no se puede conducir con escayolas o cualquier tipo de inmovilizador en las extremidades, tal y como recuerda la DGT.
Tanto los delitos por conducción temeraria como los de conducir bajo los efectos de alcohol y drogas, además de contemplar penas de cárcel o multas, se castigan con la retirada del carnet de conducir: entre más de un año y hasta seis en el primer caso, y de más de un año y hasta cuatro en el segundo. Aunque ya aplicándole la resta de 12 puntos del carnet, y dependiendo de cuantos tuviera, ya podría quedarse sin el permiso.
Sea cual sea el veredicto, lo lógico es que se quede sin poder conducir una larga temporada. Además, su padre no estará contento: el Fiat Tipo tras los tres citados choques, quedó con el frontal completamente destrozado.