El motor diesel del Honda Accord no es una simple evolución del motor previo, 2.2 i-CTDi, sino un diseño nuevo. Creado por el mismo ingeniero, mejora en 10 Nm el par máximo y en 10 CV la potencia, con un consumo bastante ajustado de gasóleo, 5,6 l/100 km.
Eso sumado a un depósito de 70 litros es sinónimo de una máquina de hacer kilómetros. La duda está en si eso es verdad. Para comprobarlo nada mejor que meterle un buen atracón de kilómetros. No hablamos de un coche diseñado específicamente para consumir poco, de hecho tampoco está en la gama.
Conducción y dinámica
Cuando se arranca el Honda Accord i-DTEC está claro que no hablamos de un diesel del montón. Empieza diciéndolo con el sonido del ralentí, inferior al que cabe esperar, y a unas vibraciones sumamente contenidas. Al meter primera y comenzar a andar, lo que más llama la atención es la suavidad. Es un diesel que suena raro, pero a tractor desde luego no.
Honda recurre a una cilindrada de 2.199 cc, parecida a la de sus homólogos en Toyota y Mazda, que también usan una cilindrada “grande” para sus motores diesel. La idea preconcebida de un 2.2 turbodiesel es un tractor, pero nada más lejano de la realidad. Este petrolero enamora desde que se sale a la calle con él, se echa poco de menos a un gasolina.
Como suelo hacer en este tipo de pruebas, metí a los neumáticos una leve sobrepresión (+0,2 bares) y llené el depósito hasta arriba. El Accord tiene un depósito bien grande, llenarlo es caro pero luego dura bastante. Conduciendo a 90 km/h con suavidad en sexta el consumo baja de 5 l/100 km sin complicarse la existencia.
La primera mitad del recorrido la hice a 130 km/h de marcador, con control de crucero, de Madrid a Sevilla por autovía y luego con una parte de trayecto urbano y carretera de montaña, pero a un ritmo legal y tranquilo. En total 645 kilómetros, media de 5,9 l/100 km y autonomía prevista de 550 km, es decir, casi 1.200 km. Interesante…
En crucero por autovía el motor diesel del Accord es tremendamente silencioso y muy suave. Creo que no exagero diciendo que es de lo mejor de cuatro cilindros diesel del mercado, pues lo tiene todo: rendimiento, suavidad, potencia y respeto medioambiental. Si nos diera por ir muy rápido otros ruidos camuflan el del motor.
En aceleración se le oye un poquito, pero menos de la media. Por encima del sonido típico a diesel, grave, hay un sonido agudo que no sé identificar, no tiene nada que ver con el sonido de aceleración de un diesel normal y corriente. De hecho, es bastante agradable, y al que le gustan los diesel, éste le va a encantar. Sí o sí.
Circulando por carretera de montaña, con una pendiente igual o superior al 6% la sexta es demasiado larga para ir a 80-90 km/h. En llano el motor no protesta incluso a casi 1.000 RPM, siempre que se acelere con suavidad. Cuando está próximo a 2.000 RPM hace gala de una aceleración muy lineal, intensa y perceptible.
Considero que 150 CV son más que suficientes para un coche de este tipo, no hay una motorización menos potente para el Accord. En septiembre estará disponible una evolución de este motor que da 170 CV, y no tiene diesel más potentes. Las alternativas son dos gasolina de 156 CV y 201 CV, 2.0 i-VTEC y 2.4 i-VTEC, respectivamente.
Después de haber hecho 803 kilómetros combinando autovía, carretera secundaria y población, la media estaba en 5,6 l/100 km y había combustible para 444 kilómetros adicionales. Respecto al anterior cálculo, la previsión era de hacer más kilómetros, puesto que de un lugar a otro hubo bastante trayecto cuesta abajo y a 90-100 km/h.
En esas condiciones es muy fácil que tus pasajeros se queden dormidos, pues el silencio es bastante notable respecto al motor, sólo se oyen los neumáticos un poco. El retorno a Madrid fue a 120-125 km/h, también con control de crucero activo. Detallaré más este sistema de seguridad luego, aunque os puedo decir que si actúa muy frecuentemente sube algo el gasto.
Cuando la reserva salta llevo recorridos 1.083 kilómetros, pero aún podía tirar 100 kilómetros más. Esperé a tener una autonomía de 54 kilómetros e hice una parada para repostar. El odómetro marcaba 1.124 km, así que son 1.178 km por depósito. Con 70 litros eso da 5,94 l/100 km reales, y el ordenador declaró 5,9 l/100 km, exacto.
La mínima discrepancia respecto a la homologación, 5,6 l/100 km, se explica fácilmente por más de 800 kilómetros hechos a más de 120 km/h, ruedas de 17” y a haber hecho considerables trayectos por zona urbana, de modo que es un motor que realmente gasta poco sin recurrir a mejoras aerodinámicas, mecánicas o técnicas muy concretas, como los BlueEFFICIENCY y compañía.
Dadas las características de los recorridos hechos con el Accord, concluyo que su motor es más eficiente que del Mercedes C 200 CDI BE, pues siendo más potente y habiendo hecho más velocidad media ha consumido un poquito menos de gasóleo. Para los frikis del kilometraje este coche es 100% amor.
Además de la eficiencia, es por su comodidad. Un Toyota Avensis es más cómodo, un Mazda6 es más dinámico, el Accord está muy bien entremedias, aunque hablamos de diferencias mínimas. Por tacto de conducción y agrado en general se le puede comparar tranquilamente con un turismo alemán de gama Premium.
Dirección, cambio, pedales, respuesta dinámica… están a la altura de ese requisito. No lo he probado a fondo en conducción rápida, pero está claro que es un coche que transmite seguridad en casi cualquier circunstancia. Incluso a velocidades de crucero altas transmite una pisada muy firme y confianza.
Merece un comentario aparte su arsenal de sistemas de seguridad, y lo tendrá. Con esta versión del Honda Accord es más difícil tener un accidente de lo normal, ya veréis por qué. En general no puedo ponerle ninguna pega a nivel dinámico, ni me quejo de cuestiones de tacto, ni de manejo… nada.
Tiene disponible un cambio automático de cinco relaciones, convertidor de par, el consumo se va a 6,4 l/100 km y empeoran las prestaciones, no es la última tecnología precisamente. Respecto al 2.0 i-VTEC, el gasolina tiene prestaciones ligeramente superiores al diesel, y se amortiza en 90.000 kilómetros, son 2.000 euros más a igualdad de equipamiento.
En fin, que no os hago leer más por ahora, el coche me ha encantado y no será por falta de motivos. Un cochazo para viajar como un señor, pero con su lado divertido y seductor para los que tienen la mentalidad aún joven.
Continuará...