Si hacemos un poco de memoria recordaremos que el señor Costas fue uno de los afortunados en probar las primeras unidades pre-serie del Toyota GT 86 que llegaron a Europa en el mítico trazado del Jarama (parte 1 y parte 2). Hoy nos ha llegado el turno de probar a su hermano, el Subaru BRZ, con el que comparte casi todo, hasta el precio: desde 29.990 euros.
Desde que hace apenas unas semanas algunos medios españoles se pusieran al volante del Subaru BRZ, y después de haber leído muy positivamente sobre él, mis ganas de echarle el guante a este pequeño y ligero deportivo iban in crescendo hasta que por fin ha llegado el momento de ponerme a sus mandos.
Tres son las unidades del Subaru BRZ que tendríamos disponibles, dos de color gris y una en ese azul tan propio de Subaru que a mi personalmente me encanta (y sólo disponible en el BRZ). Todas ellas son también unidades pre-serie, por lo que habrá cosas que varien ligeramente en la versión de producción. Vamos a verlo.
Desde el año pasado el fabricante japonés Subaru se ha propuesto llevar a cabo un plan estratégico denominado Motion-V que prevé un importante crecimiento a nivel de ventas, pero también un cambio en el producto, más atractivo y respetuoso con el medio ambiente.
La marca pretende alcanzar para el año 2020 el millón de unidades vendidas anualmente, aunque de momento se conforma con llegar a las 700.000 unidades este año, lo que supone un 13% más que durante 2011, cuando consiguió vender 617.000 unidades.
Dentro de esta estrategia tienen gran importancia los nuevos modelos como el reciente Subaru XV o el próximo Impreza, sin olvidarnos por supuesto del Subaru BRZ, el esperado deportivo que ya está rompiendo todas las previsiones de venta en el mercado japonés.
Tanto el Subaru BRZ como su hermano gemelo, el Toyota GT 86, se fabrican en la planta de Gunma, en Japón, donde se han dejado de fabricar modelos pequeños enfocados al mercado nipón para dar paso a los nuevos turismos de ambas marcas.
Diseño exterior e interior
Durante el desarrollo de este modelo conjunto por parte de Subaru y Toyota (fruto de un acuerdo que data del año 2005), ambos fabricantes se repartieron tareas, siendo Subaru el responsable de la parte más técnica y el motor, y Toyota la encargada de dar forma a este deportivo.
El diseño de este modelo es por tanto creación de Toyota, aunque Subaru aplica algunos cambios a sus vehículos para diferenciarlos de su hermano gemelo. El paragolpes, la calandra, las llantas y los distintivos de la marca son algunos de estos cambios, que ciertamente tampoco son muy numerosos, pero existen.
De cualquier manera, este Subaru BRZ destaca por sus atractivas líneas y sus formas de coupé 2+2. Mide 4,24 metros y pesa unos 1.224 kilogramos en vacío. El capó, muy bajo gracias a que el motor también se encuentra colocado muy abajo, permite que el conductor pueda situarse asimismo muy cerca del suelo sin que la visibilidad suponga un problema.
En la vista lateral destacan principalmente los pasos de rueda bien marcados, los prominentes hombros y esas branquias de la aleta delantera. Las llantas de este Subaru son en diseño multirradio (quince, para ser exactos) con el logo de Subaru en el centro y lucen un acabado en dos colores: negro y plateado.
Por detrás salta a la vista el alerón integrado en la tapa del maletero cuyos extremos sobresalen de la misma creando una atractiva forma. Las dos salidas de escape, por su parte, se encuentran una a cada lado del difusor y son más generosas de lo que esperaba encontrarme, aunque tampoco son desmesuradas, por lo que que no parecen una colas ‘tuning’.
Si damos el salto al interior del vehículo encontramos un nivel de acabados y materiales muy por encima de la media de la propia marca hace unos años. Con sus nuevos modelos se superan cada vez y consiguen una apariencia mucho menos espartana que antaño.
Los coches de pruebas que hemos podido conducir eran tope de gama y equipaban tapicería de cuero en combinación con alcántara y costuras contrastadas de color rojo. El volante, el pomo del cambio, la palanca de cambios o incluso los revestimientos de las puertas también lucen costuras de color rojo.
Todo el salpicadero está recubierto de un plástico gomoso blando y agradable al tacto, salvo la moldura de plástico que cruza la consola y la zona de la guantera. Los revestimientos de las puertas llevan piel (en la versión de piel, claro) aunque también hay algún plástico duro.
Quizá los botones de la consola que sirven para accionar el sistema de climatización bizona resultan demasiado plasticosos. No transmiten demasiada sensación de calidad, sobre todo después del buen sabor de boca que dejan otros elementos como el volante.
El cuadro de instrumentos es claro y fácil de interpretar. El cuentarrevoluciones se encuentra en el centro del cuadro, justo en el punto de mira del conductor, mientras que el velocímetro es una esfera más pequeña ubicada a su izquierda (aunque también se muestra la velocidad en un indicador digital en el interior del reloj central). En la parte derecha se encuentran los indicadores de nivel de combustible y temperatura del agua.
La posición de conducción es muy buena, de deportivo, y los mandos quedan todos al alcance del conductor. La corta palanca de cambios está justo donde debería y el freno de mano está muy cerquita, tanto como para llegar incluso a incitarte a usarlo más de la cuenta.
Las dos plazas traseras son muy pequeñas tanto por altura libre al techo (o más bien a la luneta trasera) como por espacio para las piernas, que es muy limitado. No obstante, sí nos sacarán de un aprieto y son quizá algo más generosas que las de un Honda CRZ, por ejemplo.
Si echamos un vistazo al maletero encontramos un hueco profundo (aunque no demasiado grande) en el que no tendremos problemas para ubicar la compra y en el que la marca asegura que caben dos bolsas de golf o un juego de neumáticos (abatiendo asientos traseros). La capacidad según ficha es de 243 litros.
Me encantaría arrancar hoy su motor bóxer de 2 litros de cilindrada y contaros qué tal se comporta, pero sino nos quedaríamos sin tema de conversación para mañana. ¡No te pierdas la parte de motorización, dinámica y sensaciones!
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Continuará…