Ayer durante la primera parte de esta prueba del MINI John Cooper Works Countryman, descubrimos cuáles eran los detalles de su carrocería que le diferencian de un Countryman normal y corriente, y os contamos cómo el interior, a pesar de tener pequeños toques deportivos, destaca más por la calidad de los acabados y por la amplitud que por la deportividad.
Hoy toca la parte más divertida de todas las pruebas de coches, ponerse al volante y tratar de sentir con el máximo detalle cómo se comporta en todo tipo de circunstancias. Teniendo en cuenta que estamos ante un SUV compacto deportivo, la polivalencia debería ser una de sus características. ¿Conseguirá destacar en más de un terreno?
Si os soy sincero, tenía muchas ganas de ponerme al volante de esta versión firmada por John Cooper Works del Countryman. Esta carrocería ha conseguido poco a poco ir ganando adeptos, y la verdad es que no me extraña. Cuando probé el Countryman Cooper D a comienzos de 2011 (parte 1 y parte 2), una de las cosas que más destaqué fue que en parte, seguía manteniendo parte del ADN que todo MINI debe demostrar.
Me refiero a ese tacto ágil y directo del que, tanto el modelo original de Sir Alec Issigonis como estos derivados modernos, siempre han hecho gala. Gracias al tacto de la dirección, todos y cada uno de los MINI que he probado hasta la fecha me han encandilado precisamente por esa precisión e inmediatez en los movimientos de volante.
Hoy en día el MINI Countryman ya ha conseguido situarse en nuestro país como la segunda carrocería más vendida, casi igualando las cifras del MINI hatchback. Estoy convencido de que la mayor parte de los compradores del Countryman saben reconocer esa agilidad al volante como su principal punto fuerte.
Un coche válido para el uso en ciudad
Siendo un SUV compacto, uno de los principales terrenos por los que se debe mover a diario el MINI John Cooper Works Countryman es la ciudad, el día a día del tráfico urbano. Con sus dimensiones de 4,13 metros de largo, no es un urbano pero si un compacto como cualquier otro.
Es más práctico que la mayoría de los modelos del segmento compacto, gracias a unas dimensiones más amplias, a las cinco puertas con unos ángulos de apertura que no tienen otros y en general a un conjunto pensado principalmente para esto, para el uso en la batalla diaria.
En marcha, lo primero que notas es esa agilidad del eje delantero de la que hablábamos al principio. Se desplaza hacia los lados de forma casi instantánea atendiendo a los movimientos de volante, y las suspensiones me han parecido más confortables que las del Cooper D a pesar de que estamos al volante de una versión más deportiva.
Esa sensación de confort fue una constante a lo largo de toda la prueba, lo cual me ha sorprendido. Estoy convencido de que desde aquellas primeras unidades del Countryman del año 2011 hasta las actuales, ha habido trabajo en chasis y suspensiones para premiar precisamente eso, el confort.
En cuanto al tacto del motor, he de decir que se trata de un bloque de baja cilindrada y eso se nota principalmente a bajas vueltas. Frente a lo que ocurre en motores de mayor cilindrada, en este es necesario que el turbo funcione para tener la fuerza que esperas.
Eso no ocurre hasta que superas las 2.100 RPM, momento en el que comienza a entregar el par máximo de 300 Nm que no cesa hasta superadas las 4.500 RPM. Pero eso también quiere decir que en la parte más baja del cuentarevoluciones, hay un pequeño intervalo dónde no hay apenas fuerza y por tanto el tacto en las salidas y cuando lo dejas morir demasiado de vueltas, es un tanto perezoso.
Acelera de 0 a 100 km/h en 7 segundos, y estoy convencido de que aunque la cifra no es precisamente mala, no es la que esperas de un coche compacto con 218 caballos de potencia. Por poner un ejemplo un Golf GTI con 220 caballos acelera en sólo 6,5 segundos y pesa casi 130 kilos menos. ¿Le pesa el culo All4 al MINI?
Por lo demás, en cuanto llevas el motor en la zona buena la respuesta es más que suficiente para moverte con mucha agilidad, recuperar vueltas con fuerza y ser uno de los más rápidos en los trayectos urbanos.
No creo que haya nadie que se compre este SUV compacto con intención de disfrutar de él en ciudad y no consiga hacerlo. Lo único es que tal vez me esperaba unas reacciones más vivas desde abajo, más enérgicas en los primeros metros y en definitiva más viveza para el uso puramente urbano.
Los consumos por su parte son bastante bajos para tratarse de un coche de 218 caballos de potencia, algo bueno tenía que tener esa pequeña cilindrada de la que hace gala. No llegué a conseguir los 9,4 l/100 km que declara la marca, pero si que me quedé rondando los 10 l/100 km incluso usándolo con “alegría” por la ciudad.
No incita a llevarlo arriba
Lo que realmente estamos deseando es salir con él de la gran urbe y ver cómo encara curvas y cómo dibuja sus trayectorias cuando quieres ir rápido. Si en ciudad destacábamos esa pereza del motor en la zona más baja del cuentarevoluciones como su punto débil, hay que decir que en carretera rápidamente te olvidas de ese carácter aletargado.
Una vez que ya tienes el coche con el motor en la franja más utilizable del cuentarevoluciones, es fácil mantenerlo arriba gracias a unas relaciones de marchas bastante cortas y a un bloque de cuatro cilindros que destaca por la explosividad.
No incita a llevarlo hasta el corte y por eso es muy habitual jugar con el cambio sin tener que llevar las revoluciones a la zona roja. El empuje del turbo se siente y se transmite a las ruedas de una forma muy efectiva, gracias a la tracción integral All4 que te permite aprovechar en todo momento esos 218 caballos de potencia.
No tiene nada que ver por tanto con el Volkswagen Polo R WRC (parte 1 y parte 2) que citaba ayer al comienzo de la prueba. En el MINI no es necesario que tengas las ruedas delanteras rectas para poder aprovechar la potencia disponible, sino que puedes pisar el acelerador casi en cualquier momento y obtienes la respuesta necesaria. El sistema de tracción se encarga de repartir constantemente la potencia entre ambos ejes.
En cuanto a las suspensiones, son rigidas pero no incómodas. Para conducción deportiva vendría bien un poco mas de dureza en compresión para evitar balanceos de carrocería en curvas, pero está claro que han buscado un punto de equilibrio entre deportividad y confort que tal vez no convenza del todo a nadie.
Y es que cuando se trata de enlazar curvas una tras otra, este coche peca de dos cosas. Por un lado las suspensiones son demasiado blandas, lo cual unido a un peso de 1.485 kilos y la sensación de no ser muy ágil, hacen de el un coche un tanto torpe, mucho más que el Polo R WRC.
Como punto a favor, hay que decir que en éste si se puede aprovechar la potencia disponible. En el MINI puedes acelerar mucho antes que en el Polo gracias a la tracción all4. No importa que te pases de ímpetu dentro de la curva, el sistema de tracción integral, que por otra parte le penaliza en cuanto a agilidad, le permite traccionar sin problemas y transmitir los 218 caballos al asfalto sin estar constantemente pendiente de si el control de tracción te corta o te permite acelerar.
Así pues, podemos decir que el MINI John Cooper Works Countryman es divertido, rápido y estable en curvas, pero no todo lo ágil que esperábamos. El chasis está muy bien puesto a punto y las reacciones del conjunto son muy nobles salvo que cometas algún error muy grande.
Permite apurar mucho las frenadas y disfrutar de la conducción deportiva, incluso entrar en las curvas tocando un poco el freno para que la parte delantera apoye no es problema. Aguanta eso y mucho más.
El tacto de frenos es bueno, y aunque admito que no lo sometí a tanta fatiga como a otros coches, en ningún momento sentí que fuese a desfallecer o que su rendimiento fuese a bajar.
Modo Sport como en los deportivos de verdad
En la consola central además dispone, como es habitual en los MINI más deportivos, de un botón para activar el modo Sport que es básico para sacarle el máximo partido. Con él activado, el coche se vuelve más vivo de reacciones, ya que con sólo tocar el acelerador encuentras respuesta, al mismo tiempo que la dirección se vuelve más directa y el sonido cambia por completo.
Y es que el sonido discreto y lógico que venía demostrando hasta ahora el MINI, adquiere un punto canalla que me encanta. Además de volverse ligeramente más ronco en admisión, cuando el motor está en retención emite unos petardeos que inevitablemente me recordaron a los del coche de carreras de Luis Monzón cuando lo vi en vivo durante el último Rallye Rías Baixas.
Es como si alguien estuviese escondido en el maletero pegando golpes secos, pero en ningún caso es un sonido ni molesto ni escandaloso. Es más, por lo que pude comprobar se escucha más dentro que fuera, así que un 10 en este sentido.
Los consumos en carretera son otro de sus puntos fuertes, ya que se quedó en unos muy moderados 9,4 l/100 km en conducción deportiva, mientras que en carretera a ritmo normal es fácil bajar de los 7 l/100 km.
A favor
- Producto muy Premium
- Capacidad del habitáculo
- Interior original
- Consumos ajustados
- Agilidad en ciudad
En contra
- Precio caro
- Motor perezoso a bajo régimen
- Precios de las opciones
- Diseño del pomo de marchas
- Diseño de la palanca de freno de mano
Valoración general
El MINI John Cooper Works Countryman es un gran coche para el que busque un SUV compacto con el que pasárselo bien de vez en cuando. Pero ojo, porque no puedes esperar de él un comportamiento tan deportivo como en su hermano pequeño en hatchback. Digamos que es un coche muy completo, pero que no destaca por su deportividad. Por poner una referencia, es un coche que está más cerca de un Nissan Juke Nismo en cuanto a sensaciones que a un MINI JCW, aunque el japonés le gana claramente en cuanto a agilidad en curvas gracias a un peso más contenido. [[image: {"alt":"MINI John Cooper Works Countryman","src":"026225\/650_1000_mini_john_cooper_works_countryman_prueba_38","extension":"jpg","layout":"normal","height":433,"width":650}]] Por lo demás el que se decante por el MINI John Cooper Works Countryman y esté dispuesto a pagar los 37.800 euros que cuesta el modelo básico, tendrá un SUV compacto Premium, con una calidad de acabados que no tiene ningún otro competidor y con el encanto y la personalidad que sólo los MINI saben ofrecer. Pero también debemos tener en cuenta que por ese precio e incluso menos, hay otras opciones que ofrecen mejores sensaciones en conducción deportiva o la misma habitabilidad por un precio inferior. El MINI John Cooper Works Countryman lo tiene todo y no tiene nada, pero tiene un punto que engancha. Otros no pueden decir lo mismo. En definitiva me parece un coche perfecto para aquel que, después de su época joven con un compacto deportivo ha tenido que ampliar el tamaño del coche para albergar a la familia, y todavía quiere escaparse de vez en cuando y disfrutar de una carreterita de curvas. Además seguro que a tu novi@ le encanta este coche, porque a quien más o a quien menos le entra por los ojos.Ficha técnica
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Cilindrada: 1.598 cm³
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Motor: 4 cilindros transversales (218 CV)
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Par máximo: 300 Nm CEE a 2.100 RPM
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Peso en vacío: 1.480 kg.
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Velocidad máxima: 225 km/h
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Aceleración de 0 a 100 km/h: 7 s
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Transmisión: Manual de 6 velocidades
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Consumo urbano: 9,4 l/100 km
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Consumo extraurbano: 6,2 l/100 km
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Consumo mixto: 7,4 l/100 km
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Combustible: Gasolina
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Capacidad del depósito: 47 litros
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Capacidad del maletero: 350 litros - 1.170 litros (asientos abatidos)
Precios del MINI John Cooper Works Countryman
Versión probada
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MINI John Cooper Works Countryman: 37.800 euros
El coche para esta prueba ha sido prestado por MINI. Para más información consulta nuestra guía de relaciones con empresas
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