Habiendo visto al Chevrolet Captiva de forma estática por dentro y por fuera, hoy toca arrancarlo y ponernos en movimiento. Aunque ya hemos encontrado algunos puntos mejorables en la primera parte como son la capacidad del maletero, que se queda algo corta con respecto a la competencia directa o los mandos del volante de acceso difícil, me sorprendió también que dos adultos entraran en los asientos de la última fila. En esta parte no esperemos grandes sorpresas.
El principal punto novedoso del restyling del Chevrolet Captiva de cara a la dinámica lo representa el motor 2.2 VCDi de 163 CV, un paso adelante respecto al anticuado 2.0 VCDi turbodiesel de 150 CV con origen VM-Motori. Esto debería haber supuesto un gran paso adelante, porque este nuevo motor en sus dos versiones promete rebajar el consumo.
Ya veremos que sí. Y no. Vamos, que los consumos se han contenido si los comparamos con el Captiva que equipaba el viejo motor y que "probamos hace tres años":https://www.motorpasion.com/todoterrenos/chevrolet-captiva-sport-vcdi-prueba-parte-2, pero no excesivamente. No todo es motor para consumir poco, también ayuda una carrocería con líneas aerodinámicas, así que vamos a arrancarlo y vemos que tal se mueve el Chevrolet Captiva con esta motorización.
2.2 VCDi, una decisión típica, turbodiesel para un todocamino
Este motor tiene en el Captiva dos variantes dependiendo de la tracción que elijamos. Las cilindradas y características del motor sin idénticas, pero si seleccionamos la tracción delantera, como es el caso, tendremos 163 CV y si seleccionamos la tracción total tendremos unos envidiables 184 CV bajo el capó.
Los otros dos motores más disponibles para el Chevrolet Captiva son un gasolina 2.4 de 167 CV y un 3.0 V6 de 258 CV, pero nos vamos a centrar en el 2.2 VCDi y concretamente la versión de 163 CV que para eso es la que probamos. Este motor es un diseño relativamente moderno que comparte en diversas variantes con otros compañeros de la gama Chevrolet, como el 2.0 VCDi del Cruze.
Tiene una cilindrada de 2.231 centímetros cúbicos, turbocompresor de geometría variable, 16 válvulas y dos árboles de levas en la culata movidos por cadena. La potencia es como ya hemos mencionado de 163 CV a 3.800 rpm y el par es de unos generosos 350 Nm de par a 2.000 rpm. Como vemos el par lo da relativamente abajo en el cuentavueltas, lo que permite mantener cruceros con poco desplazamiento del acelerador como veremos ahora mismo.
En carretera con el Chevrolet Captiva
Carrocería de todocamino aunque con un motor que bien podría estar en un todoterreno por sus cifras. La falta de reductora nos desvela las verdaderas intenciones del Captiva, que son ser un coche familiar con bastante espacio interior pero que permita salir de cuando en cuando fuera del asfalto. Primero veamos que tal se mueve el Captiva en el asfalto.
Entramos en el coche y arrancamos. El interior es sobrio y el sonido del motor al ralentí acompaña. El Captiva no está muy bien aislado y dentro se aprecia que el motor tiene un sonido claramente diesel, que aunque no es desagradable, sí es notable. Una mayor insonorización no vendría nada mal, aunque me extrañaría que llegase estando al final de su vida comercial.
Engranamos la primera velocidad, el tacto del embrague es blando y el recorrido del mismo es bastante largo, lo que permite una fácil regulación del mismo en los arranques y fuera del asfalto. Por esto mismo requiere de una ligera adaptación de nuestro pie, porque el recorrido es de los más largos que he probado hasta la fecha. Soltamos el embrague y empezamos a movernos.
Apenas necesitamos apretar el acelerador para empezar a movernos, característica muy útil cuando circulamos fuera del asfalto. Los Chevrolet Captiva equipan sistema de parada y arranque automático del motor. En los primeros momentos después de arrancarlo este sistema no funcionará hasta que el motor se caliente, aunque tarda poco en alcanzar esa temperatura.
También el motor seguirá en marcha si usamos el aire acondicionado y la diferencia de temperatura entre el interior y el exterior es elevada. No acabamos aquí con este sistema, tiene otra pega, como a mi parecer prácticamente todos los coches diesel con este sistema y es que el rearranque es algo brusco, aunque a su favor hay que decir que es bastante rápido en esa operación.
La caja de cambios es de seis velocidades, la primera marcha es muy corta, probablemente para que la conducción por terrenos complicados sea fácil. El resto de velocidades están en mi opinión bastante bien distribuídas, siendo la sexta velocidad muy larga y capaz de mantener cruceros con el cuentarevoluciones en la porción inferior donde el consumo es más contenido.
El volante es bastante fino, aunque como ya dijimos en la primera parte el tacto del cuero es bueno. El agarre no es muy bueno, ya que como hemos dicho es fino y no hay formas integradas en el aro como se pueden ver en otros coches. Ya es tarde, supongo que para la próxima generación de Captiva el volante será más actual.
La dirección es blandita, lo que se acostumbra en estos coches, es muy agradable para conducir con tranquilidad y sobre todo si callejeamos a menudo con él. Es una clásica dirección asistida hidráulica, es algo indirecta, no tiene desmultiplicación variable, aunque si asistencia variable en función de la velocidad y bueno, en general es lo que se espera encontrar en un coche de este corte.
El comportamiento del Chevrolet Captiva en carretera no difiere mucho de coches de este tamaño, es un coche grande y pesado, esa será la sensación cuando abordemos las distintas curvas de nuestro camino. La suspensión no se comporta del todo mal y aunque el balanceo será apreciable, conduciendo con un poco de cabeza no tendremos sustos o comportamientos anormales, hablamos de un coche con vocación de familiar y de todocamino, no esperemos por tanto que sea capaz de pasar a 200 km/h por una curva cerrada.
Para viajar es un coche bastante confortable, quitando el murmullo del motor diesel, el ruido de rodadura aunque se filtra al habitáculo no es molesto. La pantalla central nos muestra los datos del ordenador de a bordo de una forma muy visual y sencilla, pero también podemos poner el navegador. Del navegador decir que lo utilicé una vez, para ir a una calle a la que en ese momento no se podía acceder por la vía directa.
El pobrecito se obcecó en que tenía que pasar por una calle que estaba cortada y por mucho que intenté que recalculara la ruta yendo por las calles por las que sí podía ir pero que me alejaban de mi destino, no hubo manera, solo intentaba una y otra vez devolverme a la calle cortada. Menos mal que al final pude parar un momento y llamar a un guía humano. Si, parar y llamar porque el botón del Bluetooth estaba estropeado, bueno, mi móvil tiene un modo manos libres superchachi y me sacó del apuro.
Salimos del asfalto, ¿estará el Captiva a la altura?
¿Eh? ¿he oído altura? Bueno, pues esa es una cualidad a observar en un vehículo de estas características. De nada sirve una apariencia de todocamino cuando la altura libre al suelo es insuficiente, lo vimos con el Peugeot 3008 HYbrid4. El Chevrolet Captiva no anda mal de altura al suelo, parece más que suficiente para escapadas fuera del asfalto.
Elegí para el Chevrolet Captiva una pista bastante fácil, de tierra y muy estrecha. Llevaba tiempo sin llover, por lo que la complicación era nula. O no, porque el intenso tráfico que circula por ella en el primer tramo donde no hay asfalto había producido bastantes baches. La suspensión es bastante blanda y para estas condiciones viene muy bien, pude ir relativamente rápido gracias a ella.
Lo complicado fue cuando me encontré con algunos coches en la pista. Me tocó apartarme varias veces saliéndome fuera del camino, pero no fue ningún reto. Es sin duda un coche bastante recomendable para realizar excursiones fuera del asfalto y sin haberlo probado en algún camino más complicado, en mi opinión la tracción delantera es suficiente para cualquier uso.
Hablemos de consumos
El nuevo motor diesel que equipa el Chevrolet Captiva nos prometía de antemano un consumo bastante reducido. El consumo combinado del Captiva que probamos era de 6,4 l/100 km, una cifra realmente interesante y llamativa, sobre todo si buscamos un coche de siete plazas como este. Esta cifra de todas formas parece algo bonificada por el sistema start/stop.
Durante nuestra prueba el último consumo fue de 8 l/100 km según el ordenador de a bordo, tras 10 horas y 28 minutos de conducción. Un desvío de 1,6 litros a los 100 km es bastante, pero hay que tener en cuenta que este coche hizo bastante ciudad y sobre todo nuestro paseo fuera del asfalto, que creas que no, penaliza al consumo.
Si nos vamos a tomar referencias a Spritmonitor, encontraremos que no hay nada más que un Chevrolet Captiva con este motor, se encuentra en Alemania y está haciendo un consumo bastante similar al nuestro, de 8 l/100 km. Como vemos este consumo real también está lejos del homologado, aunque a mi parecer es aceptable en un coche con siete plazas y aptitudes camperas.
Aparcamos y apagamos el motor. Mañana repasaremos como está estructurada la gama Captiva, os esperamos por aquí.
Continuará...