No es un coche pero tampoco es una bici, el PodRide es una bicicleta reclinada eléctrica carrozada con forma de coche y con varias ventajas heredadas del mundo del automóvil. Mikael Kjellman es el creador de este curioso vehículo que le permite ir a trabajar a diario haciendo deporte a pesar de la complicada metereología sueca.
La postura de conducción es parecida a la de un coche, tiene un cómodo asiento, los pedales van situados en el frontal y la dirección es por palancas. Cuenta con un motor eléctrico para asistir al pedaleo y la estructura se apoya en el suelo mediante cuatro finas ruedas. Mide 1,80 metros de largo y sólo 75 centímetros de ancho, lo suficiente para dotarle de una buena estabilidad pero que le permite colarse por cualquier hueco y entrar por cualquier puerta.
Tiene una velocidad máxima de 25 km/h y una autonomía de 60 kilómetros. No es muy rápido, pero la distancia no parece ser un problema para el PodRide. Está pensado para utilizarse en los carriles para bicicletas y no es necesario carné de concucir (en Suecia). Eso sí, tiene calefacción, luces, intermitentes, parabrisas practicable con limpiaparabrisas, un práctico maletero para poder llevar una pequeña compra y hasta se le puede acoplar un remolque.
No es un coche, pero seguro a más de uno al ver el vídeo le ha picado el gusanillo. Malas noticias, de momento está en fase prototipo y Mikael está buscando financiación para fabricarlo en serie (o un kit para modificar una bicicleta reclinada) y comercializarlo.