Como recién salidas de una partida del Wreckfest, varias cosechadoras se enfrentan sin piedad hasta que el cabezal de una de ellas quede dañado sin remedio o alguna quede inmovilizada por completo. Pero no es ciencia ficción ni un videojuego, es un “Demolition Derby” real al 100 %.
Dependiendo de dónde se hagan, este tipo de competiciones entre cosechadoras pueden incluir diferentes tipos de vehículos agrícolas divididos en categorías. Los golpes son salvajes y cada combate se puede alargar hasta tres y cuatro horas. Cuidado: verlos en acción es adictivo.
Cosechadoras especialmente preparadas para la ocasión
Que no cunda el pánico. En este tipo de derbys, ninguna máquina nueva ha sufrido daño alguno, pues entre otras cosas tendría un coste prohibitivo. En estos “duelos a muerte” solo se utilizan aquellas cosechadoras que ya han cumplido su misión y están disfrutando de una jubilación alternativa (se pueden llegar a ver vehículos de hace más de 60 años).
Estas máquinas agrícolas con un pasado mucho menos divertido han sido especialmente adaptadas para el disfrute de sus dueños (que en su mayoría, suelen ser granjeros) y del público. Para ello, los competidores suelen retirar las partes más pesadas y/o innecesarias de las cosechadoras antes de las competiciones, y algunos incluso las decoran a conciencia.
Los esfuerzos se suelen centrar en reforzar la parte delantera, aunque hay normas que impiden que esta práctica resulte peligrosa (incluida la prohibición de rellenar los cabezales de hormigón, desde finales de 1990). Estas pueden variar dependiendo de la competición en cuestión, pero en esencia buscan la seguridad de los participantes.
Por ejemplo pueden establecerse límites en cuanto a altura y peso (algunos de estos vehículos agrícolas superan los 4,5 m de altura y pueden llegar a pesar hasta 6.800 kg, los estándares de los neumáticos o la ubicación y la capacidad -y contenido- del depósito de combustible.
Por lo general, un vehículo se considera eliminado una vez que se destruye su sección de cabecera o queda inmovilizado por completo. Y en el caso en que los cabezales queden enganchados de forma que no se puedan separar, el resultado será un empate.
Los reyes de esta especie de ‘competición’ son los EEUU, pues se dan con cierta periodicidad (cada año, generalmente) en gran cantidad de estados: desde Missouri a Nebraska, pasando por Iowa, Michigan (con competiciones en varias ciudades), Ohio, Dakota del Norte, e incluso Illinois, entre otros. También son muy populares en Canadá (sobre todo en Alberta y Ontario).
Uno de los más populares es el derby que se disputa cada año en Lind, un pueblo del estado de Washington donde la tradición de los “Demolition Derby” entre cosechadoras se mantiene desde hace casi 40 años y mueve gran cantidad de aficionados y curiosos.
Aquí, la competición suele incluir múltiples eliminatorias, incluyendo rondas para veteranos del evento, novatos y rondas de consolación para los perdedores. También pueden hacerse "luchas por equipos".
En Europa uno de los referentes en este tipo de competiciones es Holanda, que alberga un campeonato con hasta ocho de estas carreras por temporada, en el que los vehículos se dividen en tres categorías.
Y aunque algunas competiciones ofrecen premios a los vencedores, no suelen compensar la modificación y mantenimiento de este tipo de vehículos. Sin duda en este tipo de derbys la principal motivación no es otra que la diversión.