Encontrar un buen mecánico de confianza no es fácil. Y si no, que se lo digan al ex ejecutivo estadounidense Bill Oesterle, quien dos años después de empezar una batalla legal contra un mecánico que le estafó, acaba el año con 7,2 millones de dólares más en su cuenta (unos 6,7 millones de euros con el cambio actual). Aunque sabiendo el motivo, nos parece hasta poco.
Y es que Oesterle, un amante confeso de los coches y coleccionista de clásicos, hace más de una década compró al propietario del taller The Healey Werks Corp de Iowa, EEUU, Craig Hillinger (autodeclarado “especialista en coches vintage”) un precioso Maserati Ghibli de 1967 por 16.000 dólares que necesitaba una restauración profunda.
Hillinger le prometió acabar el trabajo “en unos meses y por 200.000 dólares como mucho”, según las denuncias de Oesterle. Pero el mecánico cada vez se encontraba un problema distinto y le pedía más. Hasta que años y muchos engaños después, le había estafado más de un millón de dólares, pero nunca le devolvió su coche restaurado.
Por fin se hizo justicia para Oesterle, aunque no del todo
Bill Oesterle, según Linkedin, es el ex CEO de la compañía Angie's List y actual CEO de TMap. A nivel personal, y como muestra su proyecto difundido por varios periódicos locales para dar visibilidad a su enfermedad, Bill padece esclerosis lateral amiotrófica (más conocida como ELA) y podría estar en la recta final de su vida-, por lo que esta noticia no tiene el final feliz que nos gustaría.
Al menos nos quedamos con que el bueno de Oesterle ha podido ver cómo se ha hecho justicia contra el mecánico sin escrúpulos que creía su amigo y que le estafó grandes sumas de dinero pese a haber trabajado con él codo con codo en varios proyectos durante más de una década.
Oesterle llevó al dueño de Healey Werks Corp ante los tribunales hace algo más de dos años, y aunque el asunto del Ghibli fue el detonante, según el medio Indiana Star (que ha seguido de cerca este caso) Hillinger engañó a Oesterle muchas más veces.
Entre otras cosas, Hillinger fue acusado de “hacer restauraciones completas a dos coches de Oesterle sin su permiso” y aprovechar para cobrarle generosos cheques cuando este solo le había solicitado cambios de piezas o trabajos menores a cambio de un presupuesto previo pactado que nunca cumplía.
Asimismo, Hillinger llegó a falsificar un Austin-Healey para que pareciera un 100M (un modelo increíblemente raro) y vendérselo por más de 50.000 dólares.
Bill, cansado de perdonar, se decidió a demandar hace un par de años, aunque no ha sido hasta el mes pasado cuando el juez del Tribunal de Distrito de Iowa, James N. Daane, declaró a Hillinger culpable de fraude. Además de la cuantiosa sentencia de 7,2 millones de dólares, este tendrá que pagar las costas judiciales y los honorarios del abogado de Oesterle.